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Azar simétrico

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Lôren, 3 de Mayo de 2015. Respuestas: 6 | Visitas: 715

  1. Lôren

    Lôren Poeta fiel al portal

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    Sucede que a veces a una le cambie la vida la aparición de una raya diminuta en una pantalla diminuta. Y esto es lo que me ocurrió a mí aquella mañana de abril nauseabunda.
    Estas pequeñas pantallas se hallan sabiamente incrustadas en una especie de palo de plástico, color rosa.Tras desenfudar el extremo de dicho artefacto, la tarea consiste , ni más ni menos, que en orinar delicadamente sobre él. Y la varita mágica, como por obra y gracia del Espíritu Santo, dibuja en sus pantallitas una raya, si la fecundación no ha tenido lugar, y dos, si el Dios de la Fertilidad ha regado con éxito el jardín íntimo de una mujer. Así que la aparición de esta segunda línea puede hacer bascular una vida en 3 minutos. Por supuesto, en las instrucciones de uso de tan fabuloso producto, nadie anuncia: " Atención, la aparición de dos rayas puede hacer bascular su vida para siempre de forma tan irreversible y definitiva como repentina, en caso de duda consulte a su terapeuta".
    En fin, como decía, acusando a mi espíritu algunas leves, lejanísimas dudas, aquella mañana tan primaveral como primeriza de abril, me dispuse a orinar sobre aquel sobrio objeto, sentada en el blanquísimo WC, haciendo malabares para realizar tan importante misión con la mayor pulcritud y eficacia posible. Terminado el asunto ,y volviendo a enfundar el artefacto ,como quien envaina una espada, salí del cuarto de baño, espada en el bolsillo y corazón en la boca. Miré nerviosamente a mi amado comunicándole la hazaña, y realicé tantas vueltas sobre mí misma como una persona puede realizar en el espacio de tres minutos. Pasado este tiempo, valerosa y decididamente, amarré el dichoso palitroque y observé sus dos pantallas. Una raya. Otra raya. Dos rayas. Miré de reojo a mi compañero, absorto en su lectura. Miré otra vez el test: las dos rayitas me fijaban la mirada." ¿ Y bien?" su pregunta interrumpió el silencio preñado del secreto que sólo yo conocía. " ¡ Listo! " contesté, como quién concluye un affaire. " ¿ Listo, el qué?¿ Estás embarazada o no?" Saltó entonces del canapé en un rebote magistral y amarró a su vez el palito, comparando el resultado con el manual de instrucciones. "Aquí hay dos rayas..entonces...ummmm...estás embara..!" No terminó la frase y me miró escrupulosamente, de un modo nuevo e inquietante.Las órbitas saltaron de las cuencas de sus ojos y una sonrisa iluminó su cara y su alma a partes iguales. Yo me mantenía tiesa en el mismo lugar, como un niño que ha realizado una enorme travesura que se le ha ido de las manos. Supongo que una pareja normal se abrazaría en esos instantes, las lágrimas asomando tiernamente por el balcón de los ojos, o bien lloraría de desencanto frente a la inesperada e inoportuna sorpresa. Nosotros nos miramos, dudamos unos segundos, y chocamos la palma de la mano como dos socios, o dos jugadores de un equipo de básket al encestar. Después nos quedamos dubitativos y absortos durante unos minutos ante tal inesperado evento, sin duda intentando investigar cuándo y de qué manera una gota de esperma pudo escapar a nuestro sistema de control de natalidad que, si bien tenía a veces sus fallas a causa de la pasión del momento, solía resultar hasta la ocasión presente, infalible. Pero el bebé sorpresa estaba gestándose: dos rayas ínfimas me lo confirmaron aquella mañana de abril. Pude observar el pecho de mi pareja inflarse como un pavo real, como un héroe que logra una magnífica hazaña y rebosa de fuerza viril. Su orgullo semental inundaba la blanca habitación, mientras yo iba comiendo lo que me quedaban de uñas y pensaba en lo fértil que es una a veces, por casualidad. Encendí el que sería mi último cigarrillo, apagándolo enseguida acosada por una ola de náusea profunda. Pensé entonces en nuestro apartamento: 35 metros cuadrados donde cocina, salón, comedor y habitación cohabitan en un mismo espacio. En cualquier caso, esa lata de sardinas que nos había tan mal que bien acogido hasta el momento, no rimaba ni de lejos con cuna. Pues habría que hacerla rimar, a la fuerza. Con los pechos duros como ladrillos, la somnolencia de un oso en período de hivernación, el hambre voraz de un león, y la estabilidad emocional de unas maracas fui llevando el asunto, sin por ello dilucidar cuándo se produjo la evidente fecundación. Mi querido Sherlock Holmes tampoco tuvo éxito en sus deducciones.

    Digerida la primera etapa nos hallamos pues incapaces de calcular el momento exacto de la concepción de entre nuestras múltiples contiendas amorosas- para el lector desconfiado, he de aclarar aquí la impecabilísima monogamia que una practica con diligencia y orgullo- Una primera ecografía preescrita por mi sexagenaria ginecóloga nos sacaría, pues, de la duda crucial. Bolso en mano, nervio en tripas, me dirigí, otra mañana de aquel intenso mes de abril, a realizar la clarificadora prueba.
    " Sáquese pantalón, bragas, y túmbese en la camilla" fueron los buenos días con los que me acogió un cincuentón enorme con gafas de culo de botella y bata blanca. He de confesar que, sumergida en tal cóckteil de emociones, la depilación de mi vello corporal había pasado a ser una de mis últimas prioridades. Observé mi pubis, con sus pobladísimas ingles, desplegando su esplendor como un abanico arremolinado y salvaje. Respiré valerosa y me tumbé en la camilla con las piernas abiertas, esperando que el pobre hombre lograra abrir paso con su aparato entre aquella selva amazónica, para observar, esta vez en gran pantalla, la exótica semilla que albergaba mi vientre.
    No hizo falta remover mucho el aparatejo en mi fuero interno para que se dibujara claramente una especie de bolsita conteniendo un diminuto embrión. Allí estaba. Existía y era real aquello que las dos rayitas clarividentes habían vaticinado. Llegué a creer por un instante que veía doble, al observar dibujarse la segunda bolsita con su respectivo embrión. "Enhorabuena , está esperando usted gemelos" me espetó el buen hombre. Shock. Me sentí, en el espacio de unos segundos,
    doblemente asustada, y doblemente feliz.

    Cosas de la vida, aquel famoso día de concepción de inicio de primavera se me ocurrió, por qué no, expulsar dos óvulos en lugar de uno durante mi ciclo. Mi compañero de tarea expulsó su tropa de espermatozoides veloces e intrépidos y dos de ellos sobrevivieron estoicamente hasta honorar el encuentro con ambos óvulos. Las dos rayas lo predijeron. Los dos embriones lo confirmaron. Y así pasamos , ambos amantes nacidos bajo el signo de géminis, a formar parte del 1 por ciento de concepciones gemelares. Desde entonces, sufro de una extraña enfermedad : todo lo veo doble a mi alrededor, y esto sin ingerir una sola gota de alcohol, claro está.

    Cosas del azar simétrico.
     
    #1
    A dulcinista y joblam les gusta esto.
  2. joblam

    joblam Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Me identifico mucho con el contenido aun cuando no tengo gemelos. La emoción del momento inicial cuando con suspenso esperamos el fallo del médico. Muy agradable encontrar una prosa bastante entretenida. Un placer dejar mi firma. Saludos.
     
    #2
  3. Lôren

    Lôren Poeta fiel al portal

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    Gracias por tu visita, Joblam. Son esos momentos, a veces tan solo microsegundos, que pueden hacer bascular la vida de una persona los que me interesa retratar. Hay tanto contenido en esos puntos de inflexion...te envio un saludo y espero seguir leyendo de lo tuyo
     
    #3
  4. Jorge Lemoine y Bosshardt

    Jorge Lemoine y Bosshardt MAESTRO

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    Prodigiosa inspiración de magnífica y fantástica creación divina.
     
    #4
  5. dulcinista

    dulcinista Poeta veterano en el Portal

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    Excelente compañera, y además regado con un poco de buen humor,
    ya que en todo lo que nos ocurre en la vida si sabemos mirarlo bien hay algo agradable y que nos puede llevar a la risa.
    Enhorabuena por esa dualidad.
    Un abrazo doble.
     
    #5
    A Lôren le gusta esto.
  6. Lôren

    Lôren Poeta fiel al portal

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    Gracias por la visita señor Lemoine, y el comentario, aunque por lo que veo usted ve "prodigios de inspiración y fantásticas creaciones divinas" por todas partes! Jajaja Se agradece igualmente la exaltación...

    saludos cordiales
     
    #6
    Última modificación: 10 de Mayo de 2015
  7. Jorge Lemoine y Bosshardt

    Jorge Lemoine y Bosshardt MAESTRO

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    El espíritu y la letra divina de la preciosura sublime.
     
    #7

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