Bailamos.

Parece que todo se devora, que nos mueve un tango al rojo vivo,
mirada a mirada, nota a nota, el rio de la plata desemboca gota a gota entre tus piernas,
y llevo yo mi boca y al besarte somos agua que se busca y se encuentra que se precipita en forma de aguacero sobre nuestros cuerpos más sinceros y más desnudos.

Que un día somos olas en los mares de la China y al otro día somos flores secas en los desiertos de Arizona.

Que luego, quizás después, seremos vendedores ambulantes de tazas de fango cocinadas al baño María y así reunimos para panes recién horneados y para vinos dulces como otoño.

Hay tantas puertas por abrir y senderos que pisar, tantos rostros por ver, tanto por hacer,
es un choque de opuestos, se da lugar la vida. Piénsalo hablamos del recuerdo porque un día todo será olvido.

Bueno pues mientras el mundo se articula déjame escribirte:

Que sigo andando maravillado de lo que es la vida, que camino y me sorprende la vida
y por último decirte que, aunque tu no lo sepas cada día guarda para mí un recuerdo tuyo,
y un abrazo que endereza mi alma y le hace tener paso ligero pero decidido​