Balbuceo justo

Todas las razones son intangibles
cuando pienso en blanco y negro
y veo el mundo desde un telescopio
el grito ahogado del destino no alcanza jamás a los impunes
porque sus egos corren más rápido que sus mentiras
para ellos la ley se
sirve en la mesa como una espada
que se empuña con
lisonjas
a veces creo que los sucesos no van uno tras otro
quizá en diagonal o en espiral
pero no uno tras otro
a veces puedo detener el tiempo si duermo en
esa telaraña llamada realidad
para ellos identidad
se escribe con minúscula de justicia ciega
y me coloco mi turbante de seda blanca del Sahara
para protegerme
de la mirada penetrante de la culpa la culpa esa culpa pesada que atrapa que retringe
del acoso de los mortales de barro sin escudo
del remordimiento de los cobardes con mil atuendos
porque soy y no soy y tomo siempre atajos y escapo del castigo
del abrazo de una muerte fortuita
de las palabras dulces de un amante entre las sombras
me tiro al suelo y hago figuras en la arena
esperando así encontrar un río.