Baldur

Del tronco milenario del roble nace un flameante muérdago que arranca con sana pasión un sacerdote dedicado al culto de Baldur. Aquel lo corta de raíz y lo guarda celoso en el fondo de su compungido corazón, como una verdicolor estrella del firmamento despejado. El árbol tiembla ante la sacrosanta acción y mueve en el silencio de la noche sus ramas para entrelazarlas en el talle bendito del seguidor del dios pagano, no dejando que respire: entonces,se escucha en la inmensidad del firmamento una voz ominosa que repercute sobre el sagrado muérdago,el cual horada la piel y la carne del pecho del mortal y arranca hacia fuera el músculo amoroso que bombea la sangre azulada que éste posee. Cuando cae el sagrado órgano al suelo, se presenta en teofanía Baldur y, recogiéndolo mansamente del suelo ennegrecido por los pecados del mundo, lo traga para a continuación cavar una fosa donde enterrar a su fiel neófito:amoroso hombre que veló por la pureza racial,,,cuando los días estaban contados y la luna serpenteaba en la bóveda celeste para bendición del dios.