Ben-Hur.

Ella era mi novia, y lo sigue siendo.
Pero está merendando, precisamente ahora.
Me cedió su cantimplora, llena de infusión de menta poleo.
Y me la bebo, mientras escribo y leo, poemas novedosos.


A decir verdad, a veces nos besamos en la popa.


A peces, en la quilla o en las velas.
Incluso en el mástil, en el que ella se enrosca.
Le encanta el timón de la embarcación. Yo me protejo.
Me escondo en los camarotes, y ella lame mi catalejo.





Obtiene de él, sabor a caramelo de café, y muchos poderes.


Porque entonces echa volar y se hace diosa, entre las mujeres.
Yo, con los remos, en galeras, parezco Ben-Hur.
Y ella, látigo en mano, para que no decaiga la gloria.
Se empeña en que sea galo, celta, íbero o astur.


¡ Dios mío de mi vida ! Que soy galego. Galicia Calidade. Y un poco visigodo.


" ¡ Eres judío !
Por eso, me casé contigo.
Para gozar de tu brillante inteligencia.
Joyero mío de Jerusalem y de Tel-Aviv. "


Alcanza indulgencia. La beso. Nos mudamos. ¡ Vamos, que nos vamos !

 

Excelente, no sé decirte otra cosa, excelente. Un gusto pasar por acá y leerte.

 

¡ Gracias, amigo ! Es un poema dedicado a alguna princesa del Foro, que yo me sé.