Betty y la gasolina.

¿ Por qué no me besas en las manos ?
Ya sabes que yo toco el piano.
Prefieres mis labios, pues son tu recompensa.
Que sí, mujer. Soy superdotado y pertenezco a Mensa.


Es una asociación para el cociente intelectual agudo.


Porque el Mar no cabe, por adentro de un embudo.
Y sin embargo, yo lo he probado, en más de una ocasión. Bebiéndomelo.
Puede provocar delirios, si uno sigue consumiéndolo.
Hagamos el Amor-Bondad posible, caritativamente.





No es sólo el acto sexual, tan indecente.


Presentemos nuestros respetos ante los pobres de nuestra aldea.
¡ Vamos, Betty la Fea ! Que te vean, que estás bien guapa.
Y que eres rauda, como el mesmo viento. Ni Ramiro, ni Jacinto, te atrapan.
Nuestros queridos hijos, en carrera.


Y Jonás, el vecino terrateniente, que con una horchata de chufas en vaso, te espera.


Betty...
Subamos por la escalera.
Lleguemos a la habitación.
Fundámonos el uno en el otro. Como hace el coche que reposta, en la gasolinera.


¿ Te gusta la gasolina ?

 

Divertido y romántico en su justa medida, ya sabemos que la belleza reside en el alma. Un saludo maño te mando amigo Nommo. Paco.

 

¡ Gracias, amigo ! Me gusta la fantasía.
En realidad, Betty la Fea es una metáfora.
Puede ser cualquier mujer.
Lo que enuncio, es que soy buen compañero.