1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Bi y Maudel

Tema en 'Prosa: Infantiles' comenzado por miara, 12 de Agosto de 2015. Respuestas: 1 | Visitas: 1151

  1. miara

    miara Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    24 de Febrero de 2015
    Mensajes:
    313
    Me gusta recibidos:
    338
    Género:
    Mujer

    Por la tapia se paseaba lentamente, dejando que el sol le acariciara el lomo, Maudel. Maudel era un gato de pelo anaranjado y blanco, de larga cola y ojos verde claro. Era vanidoso porque hermoso se sabía y los halagos de su dueña se lo confirmaban día a día. Todas las mañanas caminaba por la acera cercana a su casa. A los otros gatos, displicente les miraba, mientras su cola balanceaba sintiéndose de todos ellos el más imponente. Aunque claro, los perros eran otra cosa . En cuanto los veía, rápido se escondía porque Maudel era un cobarde nato, aunque eso para sí mismo no lo reconocía ; lo que pasa es que era prudente pues no quería que su aspecto se estropeara por algún chucho insignificante e irritante.

    Un día ante una tienda se paró y delante del escaparate vio un hermoso cascabel brillante , que colgaba de un lazo de seda roja como la sangre . Se quedó fascinado y soñó como en su cuello quedaría ; resolvió que aquello le mejoraría y le daría distinción. Ya estaba pensando como lograría que su ama fuese a ese lugar , se plantase ante el cristal y se fijara en ese lazo con cascabel para que se diera cuenta que con ese artículo, su gato, sería algo especial, digno de contemplar.

    Junto a él se acercó una abeja que iba buscando una maceta. Se llamaba Bimentina y le había llamado la atención las plantas de llamativas flores que adornaban la puerta de la tienda. Bi, pues así la llamaban sus amigos, contempló al gran gato que con cara de embeleso miraba el escaparate como si fuera un tazón de leche cremosa y fina que deseara zamparse enseguida.

    - ¿Qué haces ,gato, mirando con la mirada tan fija?.

    - ¿Una abeja me habla? Que yo sepa no hemos sido presentados.

    - ¿Eres de la nobleza, quizás? No lo creo, pues si lo fueras no vivirías en este barrio sino en un palacio o en una gran mansión de una urbanización de lujo. Yo soy Bi y estoy buscando polen. ¿Y tú?.

    Maudel se quedó mirando curioso a la abeja que de forma impertinente había interrumpido su ensoñación. Pero aunque en un primer momento pensó en ignorarla, algo en él quería compartir y expresar la alegría de su descubrimiento y en ese sitio era la única con quien de su anhelo hablar.

    - Soy Maudel y vivo cruzando dos calles más allá. Hoy he descubierto algo inusual, algo que desearía que de mi cuello colgara; así todos, antes de en un lugar entrar, supiesen por el sonido del cascabel, que estoy a punto de aparecer y detuviesen su mirada en mi gallardo porte y elegancia.

    - ¿Ese cascabel es lo que te hipnotiza la mirada? -Bi se acercó a mirarlo de cerca.

    - Sí. ¿No es hermoso y adecuado para un gato de mi importancia?.

    - ¡Vaya, sólo te has fijado en un aspecto de la cuestión!. ¿No te das cuenta que si te lo pones no habrá ratón que alerta no esté y que cuando lo quieras atrapar, antes de darte cuenta, se escapará?. Además, tu ama, por su sonido, controlado te tendrá; no importa cuan silencioso y cuidadoso seas, el cascabel te delatará, y la libertad e independencia que tanto aman los gatos, se te reducirá. Por no hablar del aviso que serás para los perros; en cuanto lo oigan te seguirán, no uno sino una jauría, y a lo mejor, puede que de esa no salgas vivo. Un poco caro te saldrá este bonito capricho, ¿no es verdad?.

    Maudel, se dio cuenta que Bi tenía razón. ¿Cómo no había caído en las consecuencias que tendría para su pellejo colgarse ese lazo al cuello?. El amaba su vida: Sus entradas y salidas por la gatera sin que nadie se diese cuenta; agazaparse en las sombras para acorralar a un ratón; y sobre todo, pasar desapercibido por el perro del vecino; así como a los pájaros asediar y tras ellos correr antes que alzasen el vuelo.

    “¡No, no era una buena decisión!. No necesitaba ese cacharro. Su estampa ya era ideal sin añadirle nada; ¡se quedaría como estaba!”.

    - Gracias, Bi. Te estoy muy agradecido. Hubiera cometido un gran error que mucho lamentara. Creo que ha sido, a pesar de todo, un gran día, pues he conocido a alguien inteligente y coherente, que a este gato ha hecho ver la verdad , evitando que perdiera su libertad y aquello que le da gusto sólo por lucir un adorno.

    - Eres muy amable, Maudel. Ahora te dejo pues me toca comer.

    Y Bi se puso a libar polen, mientras Maudel le decía: “Hasta mañana”, y satisfecho, con su andar pausado, a su casa regresaba.
     
    #1
    A dulcinista le gusta esto.
  2. dulcinista

    dulcinista Poeta veterano en el Portal

    Se incorporó:
    9 de Octubre de 2010
    Mensajes:
    37.390
    Me gusta recibidos:
    6.133
    Excelente parábola compañera.
    No siempre los vestidos más hermosos y de más lujo
    son los más apropiados, todo depende de las circunstancias.
    Un abrazo.
     
    #2

Comparte esta página