Bien venidos al infierno "casino"

“PARA TODA LA HUMANIDAD”.

BIEN VENIDOS AL INFIERNO, “CASINO”

Antes de entrar a un casino, lea bien que en letras muy lujosas está el nombre del establecimiento y enseguida la palabra

CASINO, tal vez más grande de lo que la ve en este escrito, entonces cuando vuelva a salir y todavía su mente lo está martirizando por el remordimiento de haber perdido una fortuna, o un dinero del cual no podía disponer, y se pregunte por qué no acertó cuando apostaba si su suerte, la ansiedad y el dragón de siete garras que llevaba en el bolsillo como amuleto le decían que siguiera insistiendo, que ya lo conseguiría.

Afuera, detalle bien el aviso y se da cuenta por qué no acertó: vuelva lea, el solo letrero se lo está diciendo, compruebe que allí no dice CASI SI, allí dice muy claro CASI NO.

Si tuvo que abrir bien los ojos para releer el letrero, ya lo hizo demasiado tarde, porque si quedó arruinado, no le eche la culpa a la suerte sino a su ingenuidad, desde la puerta le estaban diciendo la verdad, que allí CASI-NO gana nadie y esto representa el 99% de los visitantes, clientes, turistas, enviciados e ingenuos.

El otro uno por ciento, lo representa el dueño del aviso; que cuando entra al establecimiento lo hace por la parte de atrás y no necesita leerlo, se lo sabe de memoria, pero siempre está pendiente de que el aviso esté bien iluminado, con luces titilantes que deslumbren a los incautos.

Si después de leer esta nota usted insiste en seguir jugando y apostando, prepárese porque tarde o temprano va a tener pensamientos suicidas, cuando se vea sin hogar, sin familia, sin empleo, y sin un centavo.

No le quede duda, que la depresión lo va a matar, los millones que tenía ya no le pertenecen; las Ruletas, los Dados, las Carreras de Caballos, el Black Jack, el Bacará y las maquinitas se quedaron con todo, además va a ser despreciado hasta por sus mismos hijos, por dejarlos sin educación y ponerlos a aguantar hambres y necesidades; tenga la seguridad de que no va a encontrar una mano amiga que le dé con qué tomarse un café, ni va a recuperar el sueño, que también perderá por su irresponsabilidad.

Si todavía no lo han matado las penas, el único camino que le queda es el escape, al principio lo encuentra en el licor, y termina consumiendo toda clase de vicios, pepas, basuco, marihuana, cocaína, y todo aquello con que pueda controlar la ansiedad, la soledad y la depresión, y le permitan limosnear, en el mismo sitio en que se arruinó, unas monedas para continuar jugando, por-que en el juego sigue viendo un futuro que no existe sino en su imaginación.

Después de esto, sólo Dios podrá ayudarlo a salir de este infierno en que usted convirtió su vida.”

DERECHOS RESERVADOS​

 

Ayer deje la vida en las maquinitas tragamonedas."en ese lugar agradable y ameno" una vez que te quedas sin plata y te quedas mirando viene el seguridad y te da el raje.salis a la calle y te sentis un infeliz, un pelotudo.tenes frio,hambre,angustia.es verdad lo que planteas en tu relato. Me gusto mucho te felicito.

 

hay un genial autor ruso--no recuerdo ahora su nombre--que descubre el alma del jugador.usted tambien lo hizo.saludos y abrazos.