Bobby

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BOBBY





-Cariño,¿qué vamos a hacer con Bobby? Nos vamos pasado mañana y aún no he encontrado a nadie que se ocupe de él, quince días de vacaciones…son demasiados días y él es demasiado grande para dejarlo en casa de alguno de nuestros amigos o familiares, si fuera un poco más pequeño, quizá sería menos complicado, y, por otro lado tampoco podemos dejarlo solo en casa tanto tiempo, es capaz de destrozar el sofá, o la alfombra o qué sé yo!
-Tranquila, querida, todo tiene arreglo, te preocupas demasiado por asuntos sin importancia, no es más que un perro! Mañana mismo me lo llevo de paseo con el coche a la carretera de las afueras, y cuando se despiste, arranco el coche y me voy.
-Y…¿dejarlo allí?
-Exacto!
-¿Quieres decir abandonarlo en aquel lugar?
-Mujer,yo no diría abandonar,solamente se trata de dejarlo allí durante nuestras vacaciones, luego, si quieres, podemos ir a buscarlo.No creo que sea para tanto, dos semanas pasan rápido.
-Pero…¿y si le pasa algo? No sé…
-Aquella zona es todo campo, le gustará disfrutar de unos días al aire libre, además, he visto otros perros por allí, seguro que se harán amigos, estará bien, y ya le conoces, es bastante inteligente, aunque sea un perro, sabrá arreglárselas.
-No sé, no me parece lo más acertado…
-De acuerdo, entonces, quizá lo más acertado será que te quedes en casa con él y me vaya yo con los niños.
-¡No!¿Quedarme yo sin vacaciones? Ni lo sueñes! ¿Y si lo dejamos en una residencia canina?Pregunté precios y, bueno, la verdad es que sale bastante caro pero si nos rascamos un poquito el bolsillo…
-¿Dejarlo en un hotel para perros?, me parece buena idea, siempre y cuando estés dispuesta a privarte de una parte de nuestro presupuesto para las vacaciones, ya sabes a qué me refiero…
-No, no sé a qué te refieres.
-Vamos a ver…tenemos el hotel pagado para dos semanas a media pensión, es decir, cama con desayuno y comida incluidos, que ya es mucho y te recuerdo que para eso hemos tenido que pedir un crédito al banco, que vamos a estar pagando hasta el año que viene…
-Ya, pero, tenemos una cantidad de dinero para otros gastos,¿no?
-Sí, claro, que también han salido del préstamo bancario, y ese dinero es para gastos, tú lo has dicho: llenar el depósito de gasolina del coche,cenas, tapeos,caprichos de los niños, salidas nocturnas,tus compras de souvenirs y trapitos veraniegos, ¿quieres que siga?

-Hagamos cuentas……
-No hace falta, yo ya sé cómo están las cuentas, llevamos el dinero justo para gastar en dos semanas de vacaciones, como hacemos todos los años, parece mentira que no lo sepas a estas alturas, pero no te apures, hay una solución muy fácil, sólo tienes que apartar la parte del dinero que pensabas gastar en tus caprichos y todo arreglado. Si estás dispuesta a privarte de tus compras veraniegas como haces en todas nuestras vacaciones, entonces podemos llevar al perro a un hotel.
-¿Cómo mi parte?

-Evidentemente, eres tú la que te empeñas en dejar al perro en una residencia, no yo. Págalo tú. Yo, por mi parte, no estoy dispuesto a privarme de nada, ni siquiera de una tumbona para echarme en la playa, que eso también se paga,¿sabes?,y los cubatas por la noche en la discoteca, también, y no voy a dejar de tomarme ni uno por el puñetero perro.¿Y tú?
-No, yo tampoco quiero privarme de unas cuantas fiestas, para una vez al año que tengo de diversión.

-Puedes privarte de comprar chorradas en los chiringuitos, aunque eso te pierde.

-Ni hablar, unas vacaciones no son lo mismo si no vuelves cargado de souvenirs o complementos de última moda, además, llevo lo justo en la maleta, precisamente para comprarme cosas allí.

Entonces…¿qué?

-Bueno, quizá tengas razón con lo del perro.

-¿Ves? Te preocupas sin motivo, mujer, sólo es un perro, y no lo voy a matar, lo dejaré en un sitio donde estará feliz y sabrá buscarse la vida hasta que volvamos.

-¿Y si luego no lo encontramos?

-¡Qué pesada te pones! Pues si no aparece, compramos otro! Hay docenas de perros en la tienda esperando que los compre alguien!
Dos días después de esta conversación, la pareja, junto con sus hijos, se fue de vacaciones a un hotel en primera línea de playa, para disfrutar de dos semanas merecidas de evasión y descanso veraniego. El día antes, el marido hizo lo que, según él, era la mejor manera de solucionar el problema del perro. Se lo llevó en el coche y lo abandonó en mitad de una carretera, rodeada de campo a ambos lados.

Mientras la familia al completo lo pasaba en grande, tostándose en la playa, Bobby se tostaba al sol en un paraje solitario junto a la carretera, y mientras la familia se bañaba en las limpias y frescas aguas del mar, Bobby buscaba desesperadamente un charco de agua donde saciar su sed. Y mientras la familia de Bobby se deleitaba con una apetitosa cena en un restaurante junto al paseo marítimo, él, muerto de hambre tras cinco días sin probar bocado, se dedicaba a lamer las piedras del camino por si eran comestibles y a comer toda clase de hierbajos y basura que encontraba . Mientras la familia de Bobby se divertía a lo grande haciendo nuevos amigos en el hotel, él se peleaba con otros perros abandonados a su suerte, por un pedazo de hueso podrido hallado en una cuneta.

Y al cabo de una semana, mientras la familia reía sin parar, contentos de estar allí , Bobby lloraba amargamente, triste por encontrarse en aquel lugar, y por no entender qué había sido de su querida familia, por no saber dónde estaban y no entender qué hacía él solo allí, día tras día, noche tras noche, añorando su hogar, sus seres queridos…y, lo peor de todo es que Bobby, desorientado y débil, una de ésas noches, salió a la carretera y un coche lo atropelló, dejándolo en el arcén, herido.

Bobby tenía poco más de un año. Y, como ésta es una historia terrible e injusta, lo justo es que no tenga un final terrible y triste. Y Bobby fue recogido por unas buenas personas que pasaron por aquella carretera y lo vieron ahí tumbado, agonizando. Lo llevaron a un hospital, lo curaron y lo adoptaron. Bobby entró a formar parte de una nueva familia, muy diferente a la que tenía. Se trataba de gente que amaba a los animales, gente que no pensaba que un perro es menos importante que un sofá, o una alfombra, o unas vacaciones de verano. Gente que no echaba al perro al patio fuera de casa cuando se hacía grande , gente, al fin y al cabo, que Bobby se merecía, y gente que merecía tener un perro como Bobby.

Bobby fue muy feliz el resto de su vida, aunque no olvidó jamás a su antigua familia ni les juzgó.
Aún... a veces, inocente y noblemente, se sigue preguntando qué fue de ellos y si estarán bien.

FIN



Estrella C. Z. 2011

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Tatuadora
Vaya historia amiga,
pobre bobby, abandonado, dejado en un lugar como si no fuera nadie, atropellado y finalmente recogido por gentes que si saben amar, porque amar es a todas las criaturas que existan....yo por eso no tengo perritos porque si es para abandonarlos y no cuidarlos como se merecen, mejor no tengo nada, más que plantitas....
Creo que en esta prosa se evidencia la realidad de muchos, que superponen sus necesidades superfluas al amor de un animalito que se entrega fiel a sus amos...
Encantada de leerte
Mis estrellas y un abrazo
Ana[/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font]

 

Hola Estrella, me he llevado una gran alegría al recibir noticias tuyas. Creo que te expliqué que desde enero formo parte del Liceo Poético de Benidorm. Por esas fechas iniciamos un taller de escritura creativa impartido por Isabel Peral del Valle. En tu relato se violan muchos de los preceptos que debe observar un cuento, pero se respetan otros muchos. Entre los que se respetan están el tener un protagonista único (bobby) y no extenderse en el tiempo. Entre los defectos, el de estar todo demasiado explicado, razonado y resuelto, tanto en el diálogo (que es lo mejor del cuento, por otra parte) como en la resolución de la trama, donde un narrador omniscente te lo va contando todo, todito, poniendo los sentimientos del perro o de sus salvadores sin dejar que sean las acciones las que lo narran que por lo visto es lo que hay que hacer. Pero contado así está todo muy claro, especialmente el punto de vista del autor. Ha sido un placer pasar por tu cuento, al que deseo muchos éxitos. Luis

 

Acá se hace mucho i hincapié en no abandonar a las mascotas en época de vacaciones, se ve que es algo muy común en todos lados. Una pena que sea así.
Moraleja si no puedes ocuparte de una mascota, no la tengas!
Menos mal que el Bobby encontró familia y se salvó.
Besoss Estrella, muy buena prosa

 

Hacia mucho no tenia el placer de leerte, asi que ha sido un total gusto encontrarte hoy. Excelentes dialogos y moraleja, me apena lo que sufrio el perrito abandonado; pero el final consuela, ojala todos lo sfinales fueran asi. Saludos y abrazos: ISABEL

 

Gracias Ana. Es cierto, por desgracia, ocurre demasiado a menudo el abandono de las mascotas, tal vez porque no hay leyes lo suficientemente duras contra el maltrato o abandono de animales, tal vez nuestros gobernantes son ese tipo de personas que echan al perro al patio cuando se hace grande, no sé...espero que esta historia la lean muchos, sobretodo ese tipo de gente y ¿quién sabe? a lo mejor alguien se dá cuenta y toma conciencia...
Un beso,:::wub::::::wub::::::wub:::,Estrella.