Bobby:

Una colina verde añoranza, bordeada de caminos de tierra y vallas. En la cima del mencionado montículo erigida está una pequeña cabaña de madera, vieja pero fuerte. Todo el paisaje que rodea la estancia es de abundante vegetación, sin llegar a ser un bosque pero más que una arboleda. Los animalillos aun desconocidos para el resto de los hombres habitan el entorno de manera pacífica y alegre.( Magnifica estampa)

Bobby estaba sentado en su sillón, fabricado por él mismo, con su chocolate caliente de las nueve y media. No tenia televisión, ni radio, ni prensa, así que simplemente disfrutaba silencioso de su chocolate. Lo tomaba muy lentamente, acercando el vaso con parsimonia hacia su boca, para de ese modo poder dar un buen sorbo a su bebida, sin prisas, centrándose en el sabor del cacao, de vez en cuando escuchaba el canto de algún ave, dulce como si del trabajo de Orfeo se tratase. (Agradable sensación)

En esos momentos, Bobby podía observar sus propios recuerdos, situaciones vividas por él mismo que se proyectaban en su mente como una película. Sus veinte años, etapa muy feliz, la conoció a ella, la que tanto tiempo esperó, la que pudo salvarle. Recordó su sonrisa, su olor, el sonido de su voz, pero por encima de todo recordó el amor que le demostraba día tras día, que hacía a Bobby sentirse un hombre dichoso. (Nostalgia)

Volvió en sí, se le había acabado el chocolate. Sonrió mirando el fondo de la taza, acto seguido se levanto del sillón, hoy era quince de mayo, hace 5 años desde que murió, así que se dispuso a visitar su tumba, el tiempo cura el dolor. …No era así para Bobby. (Profunda agonía)