1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Brain Stew

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Corazón Delator, 23 de Septiembre de 2006. Respuestas: 10 | Visitas: 1539

  1. Corazón Delator

    Corazón Delator Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    7 de Junio de 2006
    Mensajes:
    219
    Me gusta recibidos:
    0
    Era la consulta del Dr. Commonman, en una lluviosa tarde otoñal. En la sala de espera había un joven con el pelo negro, desaliñado y a poco cortar. Estaba sentado con la cara entre las manos y la ropa mojada. Los grises azulejos del lugar daban una terrible sensación de claustrofobia y era mejor no mirarlos fijamente, o a uno se le perdería la mirada y quizá no la podría volver a recuperar.
    Por fin salió una mujer de la consulta del doctor y este llamó desde dentro:
    - Que pase el siguiente.
    El chico entró arrastrando los pies y cerró lentamente la puerta tras de sí.
    - ¿Puedo colgar esto aquí? – preguntó acercándose a un perchero que había para dejar su chaqueta de cuero.
    - Claro. – respondió el doctor.
    El joven tomó asiento enfrente del médico. Llevaba una camiseta morada de los Cure, unos vaqueros y unas zapatillas converse negras.
    - Dígame, ¿qué le ocurre? – inquirió el doctor sin apartar la vista de su informe.
    - Soy morfoinónamo.
    - ¿Cómo dice?
    - Estoy adicto a soñar.
    - Vaya, eso debe tratarse con rapidez. Cuénteme, ¿sueña usted dormido o despierto?
    - Despierto. – sus enormes ojeras daban fiel testimonio de que estaba diciendo la verdad.
    - ¿Y cómo no ha venido antes a verme?
    - Me daba miedo.
    - ¿El qué?
    - Contar… ya sabe… mi problema a alguien. Tenía miedo de que mis padres se enteraran o que pudieran mandarme a la policía.
    - ¿Tan grave es su adicción?
    - Mucho. Esnifo poemas, me inyecto novelas e ingiero I.I. en pastillas.
    - ¿Ilusiones imposibles?
    - Eso es.
    - ¿Alguna sustancia más que consuma con frecuencia?
    - Si no tengo dinero para comprarme libros a veces los escribo yo mismo o tomo algún relato que otro diluido en ensayos.
    - ¿Ha recibido algún tipo de ayuda o ha ido a un centro de desintoxicación?
    - Una vez fui a una farmacia y compré un jarabe de conformismo y unos caramelos de apatía para bajar el ansia de soñar.
    - ¿Y no le fueron bien?
    - No señor.
    - Entiendo… Y… ¿desde cuándo tiene este problema?
    - Desde que me acuerdo. Cuando era niño mis amigos me llamaban para salir a jugar, pero yo prefería quedarme con… ¿cómo decirlo? Mis cosas… mis pensamientos.
    - ¡Dios mío! ¿¿Pensaba usted??
    - Me temo que sí. Mire, esto no se lo he contado a nadie. Pero a menudo pienso, aún ahora que soy adulto.
    - ¿Con qué frecuencia?
    - Más de una vez al día. – dijo el chico cediendo a las lágrimas.
    - Bueno, bueno… cálmese. Verá como juntos solucionamos su problema.
    - Disculpe usted que me ponga así, pero es que… si mi madre o mi padre se enteran de esto… ¿qué será de mí? ¿Qué pensarán los vecinos? ¿Qué pensarán mis amigos?
    - No hay por qué ser alarmista. Muchas personas han sufrido su mismo problema y han logrado volver a ser como los demás. No se preocupe más de lo necesario. Me decía usted que de pequeño ya pensaba.
    - Sí. Me gustaba dibujar. Pintaba monstruos, hadas, superhéroes… ese tipo de cosas.
    - Inventadas todas por lo que veo.
    - No podía evitarlo.
    - ¿Y nadie a sospechado nunca acerca de sus tendencias?
    - No, señor. He tenido buen cuidado de quemar todos aquellos dibujos, hasta el último de ellos.
    - Me alegra oír eso. Venga, venga conmigo a la camilla que le voy auscultar.
    El chico se quitó la camiseta y se tumbó en la camilla. Sintió frío al entrar en contacto con ella, pero no dijo nada. Hacerlo solo habría empeorado las cosas. El Doctor Commonman sacó sus utensilios de trabajo y se puso a examinarle. Primero le buscó el pulso.
    - Dios mío. Tienes un corazón.
    - Me temo que sí. Con los años lo he estado alimentando y creo que se ha hecho muy grande.
    - ¡Y tanto! ¡Además late! Más o menos una vez por segundo… esto es más grave aún de lo que yo pensaba.
    - ¿Podrá pararlo doctor?
    - Lo intentaré, muchacho. Dime, ¿lloras a menudo?
    - Y en exceso.
    - ¿Estás enamorado?
    - Es una fea costumbre que por alguna razón que se me escapa no puedo evitar. Yo lo intento. De verdad que lo intento. Hago lo posible por no exponerme al peligro. Pero siempre acabo enamorándome.
    - ¿Una vez que consumes ese amor sigues queriendo más?
    - No se me acaban las ganas, doctor…
    - Eso es terrible… Saca la lengua, por favor.
    El chico abrió la boca lo más que pudo y el médico la examinó por dentro con una pequeña lucecita.
    - Nunca he visto nada igual… No tienes pelos en la lengua. ¿Lo sabes? – preguntó el doctor, visiblemente consternado.
    - Sí me había dado cuenta.
    - Pero tú normalmente… ¿dices lo que piensas o piensas lo que dices?
    - Ese es otro lastre que arrastro desde hace tiempo… Digo lo que pienso y no tengo tapujos. Si no estoy de acuerdo con algo lo rebajo, y me ha granjeado el odio de muchas personas.
    - Entonces, ¿has incurrido alguna vez en la contradicción?
    - Demasiadas veces diría yo…
    - Perdona si te parezco indiscreto. La verdad es que nunca me he topado con un caso tan extremo como el tuyo. No nos preparan para esto en la facultad.
    - Lo siento.
    - ¡No lo sientas! ¡Ahí está el problema! si quieres curarte tendrás que poner un poco de tu parte… Empieza por no sentir nada.
    - Lo intentaré.
    - De acuerdo. Mira, te haré un diagnóstico rápido, pero luego lo confirmaré a la luz de los datos. Sin embargo, a simple vista, diría que tienes varias anomalías: en primer lugar, presentas rasgos claros de fantasía crónica, también creo detectarte ilusión inconclusa, opinión individual e ideas propias. Se trata de un caso rarísimo y muy complicado…
    El doctor se secó el sudor de la frente con un pañuelo y se limpió las gafas. Tomó aire y una vez repuesto caminó hacia su mesa.
    - Puedes levantarte.
    El joven se incorporó y pesadamente se volvió a poner la camiseta. Después se sentó de nuevo frente a la mesa del médico, que después de unos segundos dijo:
    - No logro entender cómo has podido caer tan bajo.
    - Me temo que fueron las compañías.
    - Explícate, por favor.
    - Cuando entré en la universidad conocí a un grupo de jóvenes con los cuales me sentía muy identificado. Eran musicómanos, cinefilésicos y bibliléptidos… Pronto me arrastraron a sus malos vicios.
    - ¿Y cómo están ellos?
    - Han ido muriendo uno por uno. Corazones rotos, esperanzas perdidas, almas descarriadas… - el chico frunció con fuerza el ceño. – He visto demasiadas cosas, doctor.
    - Me doy cuenta.
    Entonces se produjo un momento de silencio incómodo, el joven preguntó:
    - ¿Cree usted que podré ponerme mejor?
    El doctor apretó los dientes. No tenía una respuesta que dar. No sabía qué decir.
    - No lo sé, hijo. Ni idea.
    - ¿No lo sabe usted?
    - ¡¡No!! ¡¡No lo sé!!
    El joven se sorprendió de la reacción repentina del médico, pero no se atrevió a preguntarle qué le ocurría. El doctor sacó un cigarrillo de inquietudes del cajón de su mesa y se puso a fumar. Después de echar unas caladas cargó una bala en un revólver y disparó al joven entre ojo y ojo. Todo ocurrió tan despacio y con tanto tiempo para reaccionar que el chico no encontró manera de escapar. El Dr. Commonman cargó el cuerpo sin vida del joven y se lo llevó en el maletero de su coche. Una vez hubo llegado a un campo, se aseguró de que no había nadie que pudiera verlo y enterró el cadáver junto a un árbol solitario. Al lado clavó una lápida y volvió a montarse en el coche para nunca más volver al lugar. En la lápida podía leerse:
    “Aquí yace Fulano de Tal. Nadie sabe quién fue, y a nadie le importa.”



    [​IMG]
     
    #1
  2. Jcmch

    Jcmch Poeta veterano en el portal.

    Se incorporó:
    27 de Marzo de 2006
    Mensajes:
    525
    Me gusta recibidos:
    7
    El mejor relato que he leido en mucho tiempo en este portal. Tiene todo lo que me encanta en un relato: fina ironia, sentido del suspenso y el final sorprendente (el "knok out final" que todo buen relato debe tener). Se merece el relato de la semana sin duda alguna...Te felicito...
     
    #2
  3. scarlata

    scarlata Poeta veterano en el portal.

    Se incorporó:
    17 de Febrero de 2006
    Mensajes:
    7.243
    Me gusta recibidos:
    8
    Estupendo... Estupendísimo, diría... En los relatos te superas, Corazón, bien escrito, ameno, original, con chicha dentro... ESTUPENDO.

    Un beso y gracias, me hiciste disfrutar.
     
    #3
  4. babiano

    babiano Poeta fiel al portal

    Se incorporó:
    17 de Agosto de 2006
    Mensajes:
    514
    Me gusta recibidos:
    8
    Corazón delator, este es un relato muy bueno. La verdad es que poco a poco te va impresionando más. Sinceramente creo que tienes manos de escritor. Y de corazón hoy me has hecho sentir un poquito de envidia de la buena por esta creación maravillosa. Sigue en ello compañero, que sin lugar a dudas esto es lo tuyo. Un abrazo.
     
    #4
  5. Corazón Delator

    Corazón Delator Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    7 de Junio de 2006
    Mensajes:
    219
    Me gusta recibidos:
    0
    Me alegra mucho que te gustase. Ironía sí que tiene, un tanto cruel , pero qué le vamos a hacer.

    Un abrazo.
     
    #5
  6. Corazón Delator

    Corazón Delator Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    7 de Junio de 2006
    Mensajes:
    219
    Me gusta recibidos:
    0
    Entonces me aconsejas que me dedique a la prosa y me deje que poesías que estropean mi curriculum, ¿no? Hehehehe...

    De nuevo gracias por leerme, tu opinión se tiene altamente valorada.

    Un beso.
     
    #6
  7. Corazón Delator

    Corazón Delator Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    7 de Junio de 2006
    Mensajes:
    219
    Me gusta recibidos:
    0
    Creo que más bien tengo manos de pianista... y eso que tocar se me da fatal... De modo que tienes razón, tendré que escribir a ver si hago algo útil con mi vida.

    Bromas a parte, gracias por leerme. Me alegra que te guste el relato. Supongo que tiene mucho de mí mismo, como todo lo que merece la pena escribir.

    ¿Dedicarme a ello? Bueno, esa es la idea, lo estamos intentando. Estoy empezando a mandar mis trabajos a concursos y demás. ¡A ver qué pasa!

    Hehehehe...

    Un abrazo fuerte.
     
    #7
  8. MP

    MP Tempus fugit Miembro del Equipo ADMINISTRADORA

    Se incorporó:
    29 de Diciembre de 2004
    Mensajes:
    17.293
    Me gusta recibidos:
    1.416
    Género:
    Mujer
    Todas tus historias se caraterizan por su buen desarrollo, por su capacidad de captar al lector y envolverle... todas son muy buenas. Un beso.
     
    #8
  9. Ana Clavero

    Ana Clavero Poeta que considera el portal su segunda casa

    Se incorporó:
    24 de Abril de 2006
    Mensajes:
    6.335
    Me gusta recibidos:
    15
    Género:
    Mujer
    Digo como Juan Carlos. Esto es lo mejor que he leido en este foro, en mucho tiempo.

    Tu relato me ha enganchado de principio a fin.

    Ha sido un placer leerte, Corazón.

    Un besazo
     
    #9
  10. Ciela

    Ciela Poeta veterano en el portal

    Se incorporó:
    1 de Diciembre de 2005
    Mensajes:
    13.162
    Me gusta recibidos:
    221
    Género:
    Mujer
    Me ha atrapado, Corazón. Y se ha delatado Usted de modo tal que debo hacerle una recomendación. En realidad es un prescripción de la licenciada Ciela Disparate:

    :::banana::: No se le ocurra concurrir a facultativo alguno y mucho menos a un MataSanos/MataEnsueños&Ilusión:::banana:::


    Un saludo, C.D.
     
    #10
  11. MP

    MP Tempus fugit Miembro del Equipo ADMINISTRADORA

    Se incorporó:
    29 de Diciembre de 2004
    Mensajes:
    17.293
    Me gusta recibidos:
    1.416
    Género:
    Mujer
    [​IMG]

    ¡FELICIDADES!
    TU RELATO SELECCIONADO COMO

    RELATO DE LA SEMANA

    EL SÁBADO 7 DE OCTUBRE DE 2006


    CON TODO EL CARIÑO DE MUNDOPOESIA
     
    #11

Comparte esta página