Brindaría con la apatía

Quiero brindar con la apatía,
dejar atrás el invierno de la sobriedad.
El lujo es la ignorancia de los acaudalados,
asfixiados en el vacío de los capitales.

Un poco de libertad es la dosis,
que abre las páginas de mi fúnebre
diario de hachas.

Respondo al viento con un temblor
en las venas cada vez que me envuelve
con sus cálidos brazos de Levante.

En las cuevas hallo la felicidad
nunca alcanzada en el mundo virtual.
Enamorada de la historia de los difuntos,
he llegado a la tumba de la sabiduría.

Imagino que las agonías son diminutas
explosiones de placer solidificado.
No distingo la utopía de la distopía.
No reconozco el caos, sólo entiendo
de injusticia y batallas perdidas.

La suerte debería abandonarme,
y dejarme probar el sabor de la alternativa,
porque estoy confundida en un ciclo
que hacia el pasado camina.

 

Yo brindo con la sinceridad. Expresada de palabra, o de obra. Si eres auténtico, puedes ser diligente. Y también, obediente. Manejable. Para que otros te utilicen. Entonces, eres útil. Una vez que has aprendido cómo funcionas, puedes ofrecer tus Servicios, y exigir a cambio, un salario. Haciéndote responsable de lo que ocurra, con los productos, o con los clientes.

 

Sin duda, sólo seremos capaces de valorar nuestras capacidades cuando consigamos distinguir nuestras debilidades y fotalezas, y en función de ello sabremos cual es nuestro lugar en el mundo.
Un saludo.