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Bullying (acoso escolar)

Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por Yaasmiinaa, 14 de Septiembre de 2012. Respuestas: 2 | Visitas: 7269

  1. Yaasmiinaa

    Yaasmiinaa Poeta recién llegado

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    Hoy es uno de esos días en los que te sientes un poco mal, y todos esos recuerdos que deseas olvidar te golpean una vez más, ya hace dos años, dos años de los peores días de mi vida, no, no voy a hablar de amor, voy a hacer una especie de crítica al bullying (acoso escolar) ya que abunda entre muchos estudiantes, voy a hablar de bachillerato, voy a hablar de ese infierno que he pasado, pero que a la vez tengo que agradecerlo, porque no me ha hundido, no, me ha hecho más fuerte, gracias a todos lo que me hicieron pasar sé que hay gente más mala que buena en este mundo, y que el mundo está plagado de falsos. Escribir era lo que más me ha ayudado, aparte de mi mejor amiga, a la que le agradezco todo. Cada vez que me sentía tan mal escribía, por eso mis poemas, mis relatos, siempre suelen ser tristes, y es un poco irónico que gracias a esa gente que he tenido que soportar durante dos años, a la soledad que he sentido, mi poema, “Mis días grises”, un poema que me fue tan fácil de escribir durante una clase de lengua en la que estaba ya en el límite, tan corto, tan simple como me parecía al principio, esté publicado en un libro al quedar finalista en un concurso de toda España.
    Hoy es un día de esos en los que necesito desahogarme, decir todo lo que me he callado siempre, solo sabiéndolo mi gente cercana, y por eso os voy a contar mi historia:
    Era el primer día de clase, estaba nerviosísima, porque empezaba bachillerato en un instituto nuevo, ya que en mi colegio no había bachiller, y dejaba atrás a tantos amigos…mientras esperaba a que abrieran la puerta empecé a encontrar a gente que estaría en mi clase, me senté al lado de 3 chicas, y al salir de clase, ellas y otras de ciencias me dijeron de irme con ellas por las mañanas al instituto, todo empezó genial, volví a casa súper contenta.
    A la semana, me dijo una: “Te hemos encontrado sitio”, yo me extrañé, ya que mi sitio estaba a su lado. La chica me dijo que volvía una amiga de ellas de viaje, y que mi sitio, en realidad, era para ella, pero que me podía poner con otro chico nuevo que llegaba también ese día al instituto, yo asentí, sin saber que decir. La chica del viaje se cambió a ciencias, y el chico nuevo dejó el instituto para hacer alguna otra cosa. En vez de decirme a mí que me pusiera con ellas, se lo dijeron a otro muchacho, entonces era la única que no estaba al lado de alguien en clase.
    Yo seguía llendo con ellas todas las mañanas al instituto, me juntaba con ellas en los recreos, intentando hacerme su amiga, intentando adaptarme al nuevo instituto. Cuando yo les contaba algo me contestaban con un simpre “ah”, “sí”, “vale” o con una risa falsa y seguían a lo suyo, por el camino, iban todas hablando de sus cosas, y yo detrás, sin enterarme de nada y sin que nadie tuviera la intención de que lo hiciera.
    Un día en clase, escuché como el profesor les preguntaba por qué estaba siempre sola, a lo que ellas dijeron: “no sabemos, es que ella es así”, también tengo que decir que odiaba cuando mandaban trabajos en grupo, ya que para mí significaban siempre “individuales”, odiaba las clases de educación física, en las que siempre me elegían la última en los equipos, bueno, no me elegían, no les quedaba opción, ya que sus caras lo decía todo. No sé en cuantas clases he fingido estar mala para no molestar a nadie, y sobre todo, para no ser molestada.
    El curso terminó, y pasé el mejor verano de mi vida, con mis amigos, con un chico…pero lo bueno pasa rápido, y volvió septiembre, pero por suerte, ese año el curso empezaba unos días más tarde, o eso creía yo, ya que hubo cambios de última hora y empezó una semana antes, pero los de secretaría del colegio no me llamaron, y nadie de mi clase fue capaz de decirme nada, hasta que mi única amiga del instituto, que estaba en ciencias, me preguntó por qué estaba faltando, así que ya supe que había que volver. La noche de antes de volver a ese infierno me la pasé llorando, repitiendo para mí misma “no quiero volver, no quiero volver, por favor, que todo cambie”, y sí, todo cambió, pero a peor. Llegué y dije “hola” con una sonrisa, pero nadie me la devolvió, ni pronunciaron palabra, simplemente miraron con mala cara, yo entiendo que puedan odiarme incluso sin motivos, pero al menos podrían tener una mínima educación de saludar a alguien conocido, ¿no?
    Me senté en la esquina que pegaba a la ventana, en la última fila, sola, a enfrentarme al nuevo año que había empezado “tan bien”. Llegué a casa, mi madre preguntó que tal me había ido el día, yo le contesté con un portazo, encerrándome en mi cuarto para llorar sin que nadie me viera, culpándola porque no me cambió de instituto cuando se lo dije, y porque tendría que pasar otro año en ese infierno. El día siguiente volví a pasarlo sola, pero ya si lloré delante de mi madre, porque aunque solo habían pasado dos días de curso y me quedaban 8 meses y 3 semanas por delante no podía más, ahí me dijo de cambiarme de instituto, pero yo me negué, ya tenía todos los libros comprados, tenía miedo de que me hiceran lo mismo en otro instituto o colegio que fuera, así que me quedé.
    Era segundo de bachiller, el año en el que haces un viaje con tu clase porque es el último año, me dolió saber el destino, íban a Italia, siempre había querido ir a Italia, pero me negaba a ir, ¿Con quién iba a ponerme? Al final mi única amiga me convenció, y nos pondríamos juntas en la habitación, ya que a ella, le hacían lo mismo, e incluso cosas peores y durante más años, incluso siendo familia de una de ellas.
    Tuve que escuchar a ese grupo de niñas hablar barbaridades sobre una chica que las consideraba su amiga, que aunque no era del instituto iba a venir al viaje, ya que en el viaje de primaria, ella estaba venciendo a un cáncer, y se lo perdió, pero por lo que se ve eso no les agradaba mucho y decían cosas que daban ganas de meterles un puñetazo. Al final, esa chica valiente, se puso con nosotras.
    Las niñas se pelearon por algo que desconozco, pero que eran tonterías al fin y al cabo, no sé que pasó que dijeron que era nuestra culpa, cuando nosotras no les hablábamos ni ellas se acercaban a nosotras. Tuvimos que soportar desprecios enormes durante los siete días que estuvimos en Italia. No hubo noche en la que mi amiga y yo no lloraramos.
    Un día lluvioso en la Catedral de Siena nos dijeron que en Venecia las habitaciones del hotel serían de 4, nosotras éramos tres. Tuve que soportar a todo el grupito hablando en círculo sobre nosotras, tipo: “no quiero ponerme con ella” o “lo que hacemos es quedarnos de tres en tres como estamos y como somos tres grupos y ellas son tres, pues una para cada grupo” como si estuvieran en una subasta, nos negamos, nos enfrentamos y dijimos que no nos íbamos a separar, que buscaran otra solución, pero que nosotras nos quedabamos como estabamos.
    Le tocó perder a un chico de ciencias, que también lo descriminaban por tener un estilo diferente, por vestir de negro y escuchar Heavy Metal en vez de la mierda del regguaetón como hacían ellas, no le dijeron nada, ni a él ni a nosotras, y el pobre se encontró solo en el pasillo del hotel, con su maleta, hasta que lo metimos en nuestra habitación, porque era la única cama que sobraba.
    Italia fue preciosa, aunque me quedé sin ver varias cosas como la Academia de Miguel Angelo, ya que las niñas estaban cansadas y estaban demasiado ocupadas comprandose las mismas camisetas en cada ciudad: “ I love Roma”, “I love Firenze” I love Venezia”…sí, iban todas iguales vestidas, yo quería una sudadera de la universidad de Roma, pero no me la compré por no ir como ellas, parecerme a ellas era una idea que me repugnaba.
    ¿Sabéis lo mejor de Italia? que mientras ellas se peleaban por estúpideces nosotros cuatro nos unimos, nos apoyábamos mientras las demás se criticaban unas a las otras, por ello también les doy las gracias, ya que gané un par de amigos más, incluso dos de sus amigos, que les repugnaban lo que nos hacían y también nos apoyaron.
    Volvimos a España, y siguió el curso. En proyecto integrado dábamos inglés, ya que mi clase era pésima en inglés, algunos ni sabían los verbos irregulares. El profesor mandó un trabajo, era una exposición sobre algún tema de un libro de lectura que teníamos sobre Estados Unidos, era en parejas, solo sobraba yo, que raro, y otro chico, el profesor nos dio la opción de hacerlo juntos, pero el chico contestó: “¿Qué dices? Yo prefiero hacerlo solo antes que ponerme con esa”, me dolió una vida ese comentario, pero me hice la fuerte y lo hice sola, a mí me tocó exponer detrás de una pareja y después de ese niño “tan adorable”. Me alegré de haberlo hecho sola, ya que no lo había preparado la noche de antes y mi pronunciación no era tan pésima. Salí a exponer, yo sola, delante de toda la clase, se quedaron todos con la boca abierta, mientras el profesor sonreía y asentía con la cabeza, oí como decían: “joder, que bien habla” y al final de clase el profesor me dió la enhorabuena, incluso se lo comentó a mi profesora de inglés.
    Mis notas fueron buenas, a pesar de que estaba a punto de dejarlo todo, ya que me faltaban fuerzas para seguir, solo tenía problemas con historia y geografía, que bueno, en historia resaltaba mucho el peloteo entre el grupito de niñas y el profesor, y por casualidades de la “vida” nunca sacaba más de un cuatro, incluso añadiendo más información en el examen. Como me suspendió historia, no me aprobaron geografía, ya que me la hubiera aprobado si solo me quedara una para hacer selectividad.
    Algunos profesores, al ver mis notas y las de una chica a la que solo le suspendió historia y por casualidad a ella toda la clase la odiaba también, le hablaron al profesor de historia para que nos aprobaran, ella lo tenía más fácil que yo al solo tener una, pero yo…el le dijo a la chica: Si te apruebo a ti tengo que aprobarla a ella”, uy, ¿por qué sería eso?
    Llegó el día de la graduación, a la cual no quería ir, siempre había soñado con graduarme rodeada de amigos, abrazos, lágrimas de emoción, tristes despedidas…pero la realidad era todo lo contrario, lloraba porque no quería ir, no quería ser despreciada uno de los días más “felices” de mi vida. Lo único bueno fue que me dieron la notica de que estaba aprobada, salí a contarselo a mis padres, que estaban con los padres de las niñas, con las niñas, y menos mis padres, todos pusieron mala cara. En la ceremonia hicieron un video en el que salían fotos de todos, pero yo solo aparecía en un par de fotos en Italia, en la esquina, apenas se me veía, así que ese discurso tan precioso tampoco sería para mí.
    Pero hice el último esfuerzo, ese infierno al fin había terminado, las lágrimas de cada noche, la soledad…todo terminó, ahora estoy híper feliz en la universidad, encima, casi ninguna de las niñas está estudiando lo que quería, ya que en selectividad sacaron menos nota al no tener enchufe, yo sí estoy haciendo lo que quería, encima en selectividad saqué más nota que en el instituto.
    Me siento orgullosa de mí, ya que a pesar de que incluso los mismos profesores me dijeran que jamás conseguiría estudiar la carrera que quería, les he demostrado que se equivocaron, sí entré, y estoy muy feliz.
    Es un poco larga mi historia, pero he omitido cosas, aún así, después de todo lo que he sufrido, tengo que darles las gracias a todas esas indeseables, gracias por crearme inspiración, sin vosotras jamás hubiera podido escribir “Mis días grises” y jamás estaría publicado en ningún libro. No sé si esto lo leerán, pero si lo leen me da igual, yo no soy la que está mintiendo, ¿quién es la falsa? Una vez después de bachiller una profesora quiso quedar con nosotras para ir a una heladería, aluciné cuando me hablaron súper majas y me saludaron con dos besos, que gracia, me las encontré días después y ni siquiera me miraron, y a otras quedadas ni siquiera me avisaron, que no se extrañen si ahora yo les vuelvo la cara.
    Y esa es mi historia. Quisiera que se difundiera, puesto que no soy la única que lo ha pasado mal en el instituto, hay miles de estudiantes que sufren 'bullying' cada día, pensaréis que lo mío no era bullying, ya que no me han hecho nunca daño físico, pero que te ignoren cada día durante dos años, que te hagan tantos desprecios como me han hecho a mí y a mis compañeros de habitación en Italia, que te critiquen a las espaldas, y que aunque solo digas "Es injusto que me suspendan un trabajo creyendo que he copiado, porque la expresión era demasiado buena cuando el profesor sabe que escribo poemas y después de estar una semana entera trabajando en el artículo" se miren entre ellas y empiecen a reirse.
    Mi profesor pensaba que yo era la rara, la que nunca se acercaba a nadie, la que solo se sentaba en la última fila de clase sin relacionarse con nadie, pero no era así. Esta es la verdadera historia de por qué no me relacionaba con la gente de clase. Por eso, sin alguno de los que leáis esto estáis pasando lo mismo que yo, no os calléis, decidlo, hablad con vuestros padres, con vuestros profesores, con quién haga falta, pero no os dejéis vencer, ni penséis que sois inferiores, porque si estáis aguantando todo esto significa que sois valientes, y que sois más fuertes que esos que insultan, ya que vosotros daréis la cara y no ellos.
     
    #1
    Última modificación por un moderador: 14 de Enero de 2013
  2. Mamen

    Mamen ADMINISTRADORA Miembro del Equipo ADMINISTRADORA Miembro del JURADO DE LA MUSA

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    Mujer

    Poema Movido a LA TORRE DE BABEL EN PROSA,
    cualquier título con otro idioma que no corresponda castellano,
    será movido a este foro, por el equipo de Moderación
    por no cumplir con la regla de publicar castellano
    en los diferentes foros.

    MAMEN
    Equipo de Moderación.
     
    #2
  3. ROSA

    ROSA Invitado

    La verdad es que si, es un poco largo pero no importa porque tu escrito es entretenido y se entiende perfectamente. Mira yo a esa edad ya llevaba años trabajando, es decir ,apena fui al colegio aunque me hubiera gustado seguir estudiando, pero mis hijas si estudiaron como tú y pasaron ese calvario... sobre todo mi hija Rocio (LA MAYOR) estuve a punto de quitarla del colegio pero su padre no quería porque era una niña que traía las mejores notas del colegio y decía que tenia que saber soportar a los demás y seguramente si la cambiavamos de ese colegio cambiarían también sus notas y seria peor. En la época del instituto (bachillerato) no sé porqué los colegios mandan a los jóvenes a ITALIA de viaje de final de curso. Lo cierto y verdad es que mi Rocio vino muy cambiada de ese viaje (para mejor) nada mas terminar el bachillerato se despidió de todos y la selectividad la hizo en otro muy contenta. Empezó la carrera de ADMINISTRACIÓN dos años y luego la dejo porque le vino un trabajo de lo mismo que ella estudiaba, no podía trabajar y estudiar a la vez y ella optó por dejar de estudiar. A nosotros nos hubiera gustado que siguiera con la carrera, pero,tampoco tenia tiempo de salir y divertirse, en fin ,con todo esto que he dicho quería decirte que la mayoría de los jóvenes a esa edad le suelen pasar lo miso. Sigue escribiendo que me gusta como te expresas. ABRAZOS
     
    #3
    Última modificación por un moderador: 14 de Enero de 2013

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