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Paso al lado del agua que como una cortina líquida me cubre el flanco izquierdo.



Cae de un techo acristalado que es la base y cimiento de un charco aéreo por donde la luz dibuja un arcoíris, me desnudo de sed y la mirada ve más allá de la nada que se da en un estímulo ensanchado de paz y búsqueda y el gorrión aletea y rompe el efecto espejo del charco que intento no pisar y déjame ser lo de mi sincero.



Espejos en el mar salinos los intentos y las gotas de lluvia llegan a las escaleras de mármol entre espumas de las nadas y el sentir de ser un algo interpretando páginas escritas desde el absurdo sinceridad descubierta y llamar al sol es el mar de los intentos y la luz de pisar por el agua y no hundirse, la imaginación no sucumbe ni logra evaporarse del todo cuando somos testigos sin sombra y los paseantes a lo suyo en un mundo de olvidos y de arte y parte distancias y olvido y la mar es la sal que con la luz se hace causas azul llena de olvidos y la sed es la realidad que se desnuda de tantas miradas que la nada es el todo de ser una mirada en la nuca y vuelve a ser palabra de sur.



Ternura y oficio con cuaderno en mano y la sed es la nada de ser un intento en las imágenes del que se da como la nada en búsqueda de intentos en la sed.



No hay duda de que el aire huele a mar.



Y la ola es una mano que me acerca a ti, ir a la nada espejo y verso emoción de ser agua.



Espiral en el entre tanto de las mareas desordenadas y la estrella fugaz sigue siendo la estrella del norte en el alma del verso, es el saber ver ese instante que se deshace en elogios a la nada y luego es leído también tiene fundamento una palabra de vez en cuando no es solo la sed de la nada.





En las mareas de la frustración ya no me mojo , demasiada rabia tengo por dado la mirada al vacío del ser que se da a la búsqueda en la mirada la mar exclusivamente.







Máximo Guijarro Moreno 2020