Cada ves que la veo, muero

Cada vez que la veo, muero...
y resucito con una nueva vida,
mi sombra se ilumina y desespero,
imaginando un beso de sus labios rubí.

Locura adyacente, a un efímero sueño
que ronda impaciente y no cesa...
Como aquel día, vi caer del cielo
trocitos de esperanza suspirando por ella.

Su corazón perdido, en un amor ajeno,
brinca cual bailarina de ballet.
Interminables las noches en que la recuerdo...

Rendido mi corazón, seducido por un ángel.
¡Luz que me corrompe, luz que me hace esclavo!
y que en mi alma despierta un silente te amo...

 

Los sentidos se exaltan cuando el alma cae prendida ante una presencia que llena todos los espacios que añoraba. Fervientes palabras llenas de entrega ante quien inspira una nueva ilusión en la vida. Un cordial saludo. Con mis mejores deseos para tu vida siempre. Hasta pronto.

 

Bello poema de amor, el amor despierta sentimientos intensos e incontrolables. Un abrazo amigo Porfirio. Paco.