¡Cae en este abismo!

Vertió en tu risa escarcha amanecida
la horrible cordillera de la aurora
señalando en tu espalda vengadora
su luz perenne cada despedida.

¿Por qué esparciste sal en esta herida?
Acoge el oleaje que devora
la inmensidad; deslinda aquella hora
que el alma tiende al viento corrompida.

El vértigo presagia el cataclismo.
Mi libertad imploro por si huyeses
y esa consigna fuese a retenerte.

¡No te detengas! ¡Cae en este abismo
que invade mis raíces! No regreses
de tu materia oscura, ¡oh viva muerte!





© Abraham Ferreira Khalil

 

Un buen soneto con algunas libertades métricas que se pueden corregir si lo quieres clasificar d clásico.
Bienvenido al portal y espero leer más de lo mismo.
Un virtual saludo.
Castro.

 

Gran poema, una belleza extraordinaria, muy bonito.