Café

Ca
li
C en
af t
é e
En una taza de café caliente, amargo brebaje que es casi
siempre cómplice de mis lúcidas elucubraciones, en esa
profunda negrura divago, busco en la oscuridad de mis
pensamientos el sabor amargo de sus recuerdos más
profundos y de sus querencias ya marchitas me voy
desprendiendo, a medida que el calor se apaga, en
los ácidos bocados la vida continúa pasando y así
deja en mi paladar un resquicio de tiempos idos,
sensaciones que se van diluyendo en la nada
de las decepciones, se evaporan y se pierde
en el limbo todo lo que pudo haber sido.
En los entresijos las espumas de mis
sueños casi ya han desaparecido, se
van volviendo nada al igual que
su nombre, ella es solo una
idea casi olvidada y ya
concluida, su aroma es apenas
una sugerencia de buenos tiempos que se han quedado en el olvido,
en los gratos momentos que le obsequié cuando la amaba.​

 

Ritual estimulante de vivencias idas...Un taza humeante de exquisita creatividad y belleza!! Felicitaciones, amigo poeta!! Un abrazo

 

Miguel, amigo, eso es precisamente, cada taza de café es un ritual, se disfruta y se elucubra al sabor del brebaje.

Un abrazo y gracias.

Giovanni

 

Apolo, amigo, gracias por revisar y comentar el escrito, este vió la luz con aroma y sabor de un excelente café colombiano, por cierto.

Saludos Cordiales

Giovanni