Caída Libre

¿Te has dado cuenta que cada vez que escribo es que algo me ha pasado? Hoy desperté feliz, con el corazón lleno de dicha, pensando en ti. Quise mirar el día con buenos ojos, para que cuando me llamaras, mi voz alegre escucharas. Me pasé el día gozando, sintiendo, esperando que pasara el tiempo para que llegara el día, ese que por fin te vería.

Pero como suele suceder en mi vida, cuando ya caía el atardecer, me di cuenta que siempre caigo en el mismo error de idealizarte y creer que eres una especie de Dios. Y es mentira. Porque eres humano y vives errando, pero yo no puedo ser tu objeto de prueba; serlo me aterra. Se desmoronó todo lo bueno que había conseguido en el día y mis lindos pensamientos, en cada lágrima caían.

Ahora siento como de mi corazón brotan gotitas de pena, que me hacen sentir lástima de mí misma, cual condena. Como parar este sufrimiento, si cada vez que trato de llamarte con el corazón, cierras de frentón toda puerta que entreabierta quedara.

¿Sabes, te cuento un secreto? Mi corazón está comenzando a odiarte, y para que eso llegara a ocurrir, debió acumular mucha tristeza, porque de aquella dureza ya no hay huella, ahora está latente, volvió de la muerte. Y ya no deseo volver a tu lado, creo que tu corazón jamás me ha amado.

Debí tragarme tus palabras, aquella vez que me dijiste, que querías estar a mi lado sólo para probar que aún podías conquistar a mujeres de otros machos. Pues te digo algo: lo conseguiste. Pero el precio lo he pagado yo, y debo hacerme cargo de mi error.

Ya no quiero buscarte, hablarte ni tocarte. Deja que mi cuerpo olvide tu aroma... Ya no quiero extrañar tus besos... no quiero aguantar tus retos, creo que no me los merezco. Es verano y me recuperaré, tengo la mente limpia, llena de deseos y juventud. Cosas de las que tu ya te olvidaste, en tu mundo de adultos que nunca dejaste.

Ahora vuelo como paloma, bajo un cielo al que no estas invitado; vuelo esperando que llegue pronto ese príncipe azulado. Qué importan si me juzgan de inmadura, pero prefiero ser feliz sin ataduras, antes de caer en tu universo de amargura, de donde solo eres un esclavo más, al igual que todos los demás.

Extraña mi alegría y mí juventud... que nosotros nos vamos juntas, lejos de ti.

 

Buenos trazos Stamanxi.

La distancia es mejor que permanecer junto a un desengaño exprofeso.

Gracias por compartir tus líneas.