Caja de cristal

Poco a poco van pasando los días. Los hay que van a toda prisa otros... otros, solo van a un ritmo distinto. Días parecidos pero nunca iguales, aunque muchos son gemelos y se diferencian por sutiles detalles, pequeñas diferencias que son normales.
Odia estos días en los que el pasado se junta con el presente en su mente. En los que los recuerdos se vuelven fantasía, y ella, con los ojos abiertos, vuelve a revivir todo aquello. ¿No los cerró con llave? ¿Por qué siguen saliendo? Todos ellos reflejados en esa pequeña cajita de cristal. Caja creada en una esquina oscura de su corazón, escondida, invisible de todos, escondida de ella misma.
Días como estos se pregunta cuándo comenzó todo... aaah... fue en ese momento. Su alma se hubiera roto, hubiera dejado de respirar poniendo fin a su existencia. Todo ha cambiado desde entonces, cambios irreversibles, cambios manchados de dolor y lágrimas... de nostalgia... de su vieja yo.
Días como hoy se da cuenta de lo que se le arrebató... su corazón.
Días como hoy se da cuenta de lo que recuperó... su libertad.
Tiempo de mentiras, engaños y humillación consiguieron arrebartarle el derecho de amar, llenándole de miedo... simplemente cerró con fuerza aquella cajita de cristal.
La muñeca inmóvil se cansó de esperar y ser escaparate para el resto del mundo. Simplemente se levantó y se fue... centrándose en el hoy olvidando el mañana.
Tanto sufrió que aún su corazón es frágil,su corazón está cuarteado... imposible de pegar.
Se limita a vivir, caminando libre, sin rumbo, mirando al horizonte dejándose llevar por los días, cargando, por desgracia, con esa caja de cristal que no le deja ver más.