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Caja de haiku

Tema en 'Taller del Haiku' comenzado por Maramin, 7 de Octubre de 2012. Respuestas: 5 | Visitas: 4612

  1. Maramin

    Maramin Moderador Global Miembro del Equipo Moderador Global Corrector/a

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    "Caja de haiku
    (por Carlos Fleitas)
    Es un placer poder ofrecer en "Los mejores haikus en la red" este ensayo del poeta y escritor uruguayo Carlos Fleitas que nos describe - como si de un diario de viajes o de enseñanzas se tratara- su camino, personal y literario, a través del haiku.
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    Cuando descubrimos el haiku, un enorme entusiasmo se apodera de nosotros. Su brevedad, su sencillez, su concretud, sus contenidos, captan inmediatamente nuestra atención. De allí que surja en nosotros el impulso de tambien intentarlo. En particular porque el haiku es un genero sumamente novedoso, que nos impresiona como pleno de frescura y posibilidades, en comparación con otros géneros literarios que o bien practicamos o bien sólo conocemos en calidad de lectores. Al principio deseamos fervientemente tener la inspiración para escribirlo. Leemos haiku de los grandes maestros y de los haijin contemporáneos, participamos en comunidades de haiku en Internet, leemos ensayos, en fin, buscamos comprender sus claves y reglas, para entonces intentarlo con nuestros propios medios y capacidades. Oscar Wilde decía que la experiencia es la suma de los errores cometidos. De aquí en más pues, no escribo, me confieso como diría Machado, pues a lo largo de estos años intentando escribir haiku hay ciertas recetas caseras que he ido acumulando para mi propio uso.


    I. No confundir espontaneidad con ausencia de disciplina

    En un primer momento veía las reglas del haiku neoclásico como opresivas, como limitantes. Me decía a mí mismo que suponían una disciplina impuesta y por lo tanto limitante de mi creatividad. Si bien comprendía que la forma y la técnica eran necesarias y les prestaba atención, me concentraba más en la brevedad que en la métrica. Sin embargo, por una inclinación personal, mantenía el kigo a rajatabla. Escribía con la mayor espontaneidad posible pero sin trabajar suficientemente el haiku, lo que primero surgiese de mi pluma estaba bien. Nada de trabajar el haiku una y otra vez, hacer un compás de espera, dejarlo reposar. Escribirlo y zás, darlo por terminado. Hoy en día he variado mi proceder. Cuando la inspiración viene a mi mente, escribo un "borrador" que luego someto a una mayor exigencia y lo trabajo. El haiku resultante puede ser diferente al del original, pero conservará su mismo contenido, esta vez tamizado por el trabajo y la espera. Es más, hay haiku de los que tengo sólo imágenes en mi mente, pero que no logro poner por escrito. Esto nos lleva a otras consideraciones emparentadas con ello.


    II. La espera no debe desesperar

    Considero que siempre hay en nosotros una gran cantidad de haiku innatos, fruto de experiencias directas que hemos tenido ya se trate de neoclásico, urbano, libre, o vanguardista, pero que no logramos darle una forma definitiva o que nos satisfaga. Falta ese "algo" que no encontramos que le daría nacimiento. Lo que en la actualidad me pone en guardia conmigo mismo, es la solución inmediata, algo así como darlo por terminado para liberarme de la tensión que supone la espera, o la sensación de frustración por no poder encontrar la solución. A veces es una línea la que nos falta o una palabra para rematar el haiku. Y no llega. A esto podemos sucumbir terminando el haiku apresuradamente para salvar la situación. Pero hoy por hoy considero, que de cerrar el haiku apresuradamente no estoy permitiendo que en cierto momento la solución llegue por si misma y entonces si poder completarlo. Voy a dar un ejemplo. Hace unos días iba en el ómnibus hacia el centro de la ciudad. Había estado lloviendo fuertemente toda la noche. El día era gris y la lluvia si bien había menguado, caía en forma de llovizna. Las ventanillas del ómnibus estaban ligeramente empañadas. De pronto veo en uno de los canteros que separan las dos vías de la avenida por la que iba, una explosión de rojo.

    Eran flores -no sé cuales- que vivificadas por la lluvia, lucían un color intenso, vibrante que contrastaba con el día grisáceo y lluvioso y aún con la humedad ambiente. Sentí una intensa impresión. A la vuelta intenté escribir un haiku pero me pareció meramente descriptivo, que de alguna manera no expresaba lo que había experimentado. De ese modo queda allí a la espera. Quizás sirva para otro haiku, extremo que no debo descartar, que recoja el contraste de colores, elementos más simbólicos como la pujanza de la vida, la alegría, el contraste con un día que muchos podrían encontrar grisáceo y triste, el elemento sorpresa en todo ello, en fin... lo he dejado en espera, lo que me lleva al siguiente apartado.



    III. Confiar en el trabajo en segundo plano de la mente

    Con el tiempo he comprendido la aseveración psicológica de que la mente tiene algo así como una figura y un fondo. La figura es lo que percibimos nítidamente, el fondo es más difuso pero está tan activo como el foco. Es allí donde creo que muchos de mis haiku han madurado, sin que yo tuviese una percatación consciente de todo ese proceso. Entonces la solución llega por sí misma, pero requiere paciencia y confianza en nosotros mismos y en la labor subliminal del cerebro.

    Hay por otra parte, en nuestra vida diaria, un rico material que siempre relegamos al fondo de nuestra mente, de allí también puede venir la solución o la inspiración que es tanto o más importante. No es infrecuente que frente a un problema cualesquiera de nuestra vida, intentemos encontrarle una solución ya sea mediante el pensamiento buscando cursos de acción o mediante un razonamiento lógico que nos permita arribar a una solución al mismo. En muchos casos lo logramos, pero para nuestra sorpresa muchas veces cuando, dejamos de buscar la solución, dejamos de pensar y lo dejamos de lado, la solución llega inesperadamente por sí misma. Tambien me he acostumbrado a "guardar" las impresiones intensas en ese fondo de mi mente, en lo que llamaría una "caja de haiku". Las dejo allí, me "olvido" de ellas, para que laboren por sí mismas. Me ha sorprendido que muchas veces la idea de un haiku que he depositado en la "caja" se entrelaza con otras y surge un nuevo haiku totalmente distinto del que buscaba o esperaba.



    IV. No dar por terminado nunca un haiku

    Cuando escribo un haiku y lo dejo "reposar" un tiempo, muchas veces me he encontrado que es posible mucho tiempo después modificarlo a veces ligeramente, ya sea una palabra una línea... Esto me ha llevado a pensar que en realidad no debemos dar por terminado nunca un haiku que hayamos escrito, pues no sabemos a priori si no es perfectible, siendo del caso afirmar como lo hace el erudito Haruo Shirane que: "Basho muy a menudo rescribía su poesía, cambiando él genero, el lugar, el momento, la situación..." Esto nos conduce a otra idea central respecto a nuestro oficio. En arte no trabajamos con el tiempo cronológico, sino con ritmos. Estos últimos no tienen nada que ver con plazos, o el tic-tac del reloj, o las horas, días, meses o años. Los ritmos tienen su propio tiempo, una estructura propia de los organismos vivos y que no es lineal como el tiempo cronológico inventado por el hombre, o mejor dicho por el pensamiento. Esto nos indica que las cosas deben madurar por sí mismas, con su propio "tiempo". De allí que no existan plazos fijos para que un haiku extraído de una impresión florezca. Además una determinada situación o inspiración que da lugar a un haiku, puede a lo largo de nuestras vidas, adquirir otros sentidos que el inicial, por ende el haiku también variará, siendo pues lícito este procedimiento de rescribir nuestros haiku o retrabajarlos.

    De allí que guardarlos también en nuestra "caja de haiku" sea muy atinado y previsor. No menciono el tema de como también un haiku puede con el tiempo transformarse tambien en un muy logrado tanka.


    V. ¿Cuántos haiku tengo en la mano?

    Otra situación por la que he atravesado y disfruto mucho es la posibilidad de establecer variaciones con un mismo haiku, proceso análogo a las llamadas variaciones sobre un tema en música y dicho sea de paso, fue practicado por ejemplo por Buson y muchos haijin contemporáneos. El procedimiento es mantener fija la primera línea y variar las dos siguientes o bien mantener fija la segunda o la tercera o dos de ellas y variarlas dándole un sentido nuevo a cada haiku que puede desembocar en un haiku "gemelo" del original pero sumamente diferente. Mas debo aclarar que lo he hecho fundamentalmente cuando escribo haiku en Inglés. ¿Por qué? No lo sé. Pero también es posible en español, como recientemente me ocurrió.

    Universo
    miles de soles brillan
    gotas de rocío.

    Amanecer
    miles de soles brillan
    gotas de rocío.

    Miles de soles
    brillan en los guijarros
    gotas de rocío.

    En los guijarros
    miles de soles brillan
    gotas de rocío.


    Finalmente me decidí por el tercero, aunque creo que no es el más logrado. Quizás en unos años escriba el verdadero haiku que se "esconde" en ellos.



    VI. Aceptar los momentos en que no se encuentra inspiración y no forzarnos a escribir haiku

    Algunas veces me sucedió el hecho de que durante un tiempo no se me ocurriese ningún haiku para escribir, era como tener la mente en blanco y me surgía la pregunta: ¿no será que jamás volverás a hacerlo? Esto me traía una gran frustración y porque no desaliento, pero a lo largo de los años aprendí algo importante. Aceptarlo como algo natural sin tratar de forzarme a escribir un haiku en esos periodos. Luchar contra la propia mente es realmente difícil en estos casos y las probabilidades de éxito son más que escasas. Además el esfuerzo en este caso conduce a más frustración y desaliento. Y si escribimos un haiku siempre tendrá algo de "artificioso" que denuncia su origen. Esto me lleva a la siguiente consideración que considero de máxima importancia.



    VII. La receptividad lo es todo

    ¿Cómo entiendo o defino la receptividad? Es un estado de atención -de apertura de nuestra mente- activo pero sin esfuerzo, en el cual tenemos una elevada percepción del entorno o de nosotros mismos. Es dejar que lo que nos rodea entre en nuestra mente sin bloquearlo o descartarlo, sin concentrarnos en algún estimulo en particular. Cuando el fruto esta maduro cae por sí mismo. Es decir, si adoptamos esta actitud del fondo de estímulos al que nos abrimos totalmente surge un foco, un estímulo que se convierte en figura y en protagonista que es el haiku en este caso. Generalmente en mi caso se presenta como una instantánea, una globalidad sin detalles, que luego mediante la labor consciente y focalizada se transforma en un haiku. Este estado de receptividad puede alcanzar varios grados, en su pináculo corresponde a mi juicio, a la mente "vacía" es decir a la mente que no esta ocupada consigo misma, con sus propias creaciones.


    Voy a dar un ejemplo de un haiku que escribí recientemente, extraído del "Cuaderno de Haiku" que hace dos años comencé a escribir. Iba camino a la playa por un sendero, a medida que me acercaba podía ver y escuchar el mar. No había nada novedoso o que llamase la atención. He recorrido ese camino decenas de veces ida y vuelta a toda hora del día. Simplemente me dejé estar, aunque debo aclarar que deseaba tener inspiración para expresar con un haiku la riqueza de lo que vivía. Continué la marcha varios minutos y nada ocurría. Todo estaba tan calmo y sereno... De pronto observo a los costados del sendero una extraordinaria actividad. Un sin número de abejas se encontraban libando de pequeñas florcillas amarillas, podía sentir su zumbido. A la vez un sendero de hormigas que formaba una línea clara y definida estaba también intensamente activo pues llevaban restos de hojas verdes y pequeños restos de pétalos de las florcillas amarillas de las cuales libaban las abejas. ¡Allí estaba el haiku! El haiku había llegado a mí, en este caso debido a que me encontraba en un estado de receptividad de atención alerta al entorno, aún lo que sucedía al nivel de mis pies, de lo más pequeño en la grandiosidad de todo el paisaje. Luego de trabajar la inspiración pude al fin escribir:

    Florecilla
    entre abejas, hormigas
    ¡cómo te repartes!


    Quisiera aclarar que en la segunda línea decidí aplicar una cierta heterodoxia para hacer el haiku más compacto.

    Podría haber escrito: entre las abejas y las hormigas... Pero me pareció que esta segunda línea debía ser breve y concisa para no absorber toda la energía de la tercera que es donde el corazón del haiku se encuentra a mi sentir y entender.

    También este procedimiento es útil para aquel que quiere escribir haiku con métrica 5-7-5 con la eventual ayuda de la sinalefa. En este caso no quise ceñirme a la métrica mencionada, pues creo que le hubiera restado economía al haiku volviéndolo demasiado discursivo. .



    VIII. Aceptar los momentos en que nuestro concepto de lo que es un haiku se tambalea

    En muchos momentos he observado que mi concepción y por ende los haiku que escribo, se ven sometidos a cuestionamiento debido a la lectura de ensayos, de análisis técnicos, de estudios históricos, de lectura de otros haijin, a tal punto que muchas veces me pregunto: ¿lo que estoy escribiendo son haiku?. Esto genera en mí, momentos de incertidumbre que muchas veces han generado en mi la idea de que no lo estoy logrando. Al principio cuando publiqué mis primeros haiku, recibí mensajes contradictorios, muchos haijin no los consideraban tal o al menos no los consideraban similares a los escritos en Japón o en algunos círculos de Occidente. Esto me hizo reflexionar mucho y tratar de profundizar en la esencia del haiku.

    Con el paso del tiempo creo que he ido avanzando en la comprensión de lo que es un haiku, fundamentalmente por la continua lectura de la producción de los haijin y un repaso constante de la producción de los maestros del género. Pero siempre la pregunta vuelve a mí una y otra vez, luego de leer algún artículo o haiku de otro haijin. Es decir, me he dado cuenta que en este difícil oficio de escribir haiku, es necesario sortear momentos de incertidumbre y aún de confusión respecto de que es un haiku y de si estoy escribiendo haiku y no otro genero poético como un terceto por ejemplo.

    Al principio estas "crisis" me resultaban bastante molestas, pero con el correr del tiempo han sido uno de los principales motores para que vaya cambiando mi modo de concebir y escribir un haiku. No sé si lo he logrado, pero creo que ahora escribo con más rigurosidad y últimamente me he aventurado a escribir en otros estilos como el caso de haiku de vanguardia, saliendo del haiku neoclásico que era mi estilo preferido. También he ensayado uno que otro haiku urbano.

    De allí que el aceptar y sortear que nuestro concepto y practica del haiku pase por momentos difíciles de cuestionamiento, incertidumbre y confusión, nos permite si logramos hacer de ello algo fructífero, una fuente de crecimiento como haijin y se verá reflejada en una mejor producción. Por ende soy muy cuidadoso de no rechazar estos momentos o simplemente dejarlos de lado adoptando una actitud principista del tipo: "lo que escribo es haiku, de acuerdo a mi modo de verlo y eso es una verdad absoluta" o "no necesito seguir aprendiendo o leyendo atentamente y analizando haiku de otros o artículos sobre él, ya estoy en el camino correcto para que molestarme en inquirir más". Creo que esta actitud de "total certidumbre" no permite nuestro progreso ni crecimiento interior a la hora de escribir haiku más logrados.



    IX. Una sorpresa inesperada

    Para ilustrar el apartado anterior quisiera dar un ejemplo. Hace unos años leí un ensayo del Profesor Haruo Shirane: "Mas allá del momento haiku". Fue tanto el impacto que me produjo que por un momento pensé que lo que escribía no eran haiku y que el conjunto de reglas en las que me basaba para hacerlo era contrario a las que los grandes maestros habían empleado. Shirane refuta a través de un profundo análisis del haiku japonés que el haiku nace de la observación directa, que se refiere a la naturaleza y que no utiliza la metáfora, símil y analogía. Y muestra fundamentando con ejemplos de Basho y Buson su afirmación tan contundente y sorprendente. Hace unos días releí el artículo y nuevamente me impactó profundamente y creo que esta vez pude apreciar mejor el análisis del Profesor Shirane.

    Es de destacar que también muestra como los maestros tradicionales utilizaban también la imaginación para escribir sus haiku, muchas veces contradiciendo la realidad misma como es el caso de Buson, que escribe un haiku referente a la muerte de su esposa ¡mientras esta aún estaba viva!

    Luego de un largo y detallado análisis fundamentado con numerosos ejemplos Shirane llega a la conclusión de que el haiku escrito en Inglés (aunque considero posible extenderlo al haiku occidental en su conjunto) "es un poema breve, habitualmente escrito en una o en tres líneas, que busca nuevas y reveladoras perspectivas sobre la condición humana y física, centrándose en el mundo físicamente inmediato que nos rodea, particularmente la naturaleza, y en los contenidos de la memoria, la imaginación, la literatura y la historia humana".



    X. Leer constantemente otros haiku e interactuar con otros haijin

    Este aspecto por más obvio que sea debe ser enfatizado. La lectura de haiku es siempre inspiradora y de ese modo también podremos apreciar las reglas y las innovaciones que continuamente están surgiendo. También es importante leer haiku de maestros que no son muy conocidos pero que alcanzaron y alcanzan excelencia en su producción como es el caso de Santoka, Ogiwara Seisensui, Ozaki Hosai, y Nakatsuka Ippekiro entre otros.

    Ellos ampliarán considerablemente nuestro concepto de que es un haiku, y de ese modo podremos explorar otras regiones que pueden posibilitarnos escribir nuevos estilos de haiku. La participación en foros, listas de correo, mensajería a sitios web de haiku, también es algo a destacar.



    XI. La insatisfacción es la vía del progreso

    Nunca debemos quedar satisfechos con nuestro trabajo. No se trata de promover un perfeccionismo tiránico para con nosotros mismos, sino de tener confianza en nuestras posibilidades de escribir haiku cada vez más profundos y técnicamente más logrados. No me refiero aquí a la insatisfacción que se expresa en forma de queja, por el contrario me refiero a la que se expresa en términos de un ferviente anhelo de adentrarnos cada vez más en el espíritu del haiku para de ese modo recrear el mundo que nos rodea, encerrando en ese breve mensaje que es el haiku, lo mejor de nuestra percepción, intuición, sentimiento y verdad. De este modo no sobreestimaremos nunca nuestra producción lo que amenaza con un conformismo que atenta contra nuestra creatividad y nuestro impulso a explorar nuevas fronteras con la herramienta que el haiku nos proporciona.



    XII. Leer los haiku que hemos escrito hace un tiempo con espíritu crítico

    Considero conveniente guardar todos los haiku que hayamos escrito aún cuando no hayamos publicado la totalidad de ellos. Esto nos permitirá repasarlos de vez en cuando y poder así observar nuestra producción, con un espíritu crítico que seguramente nos hará aprender mucho de nuestros propios logros y fallos, de nuestros progresos y retrocesos. Para ello debemos ser totalmente sinceros con nosotros mismos yo diría aún más, implacablemente sinceros. Revisando mi producción anterior veo que he escrito haiku que no son muy logrados por cierto y que bien podría relegar al olvido. Pero este ejercicio me ha posibilitado escribir otros mejor logrados.


    XIII. El kiregi: un desafío a la inventiva

    El haiku clásico o neoclásico es técnicamente sencillo en cuanto a sus reglas que son tres: esta compuesto de 5-7-5 silabas e incluye el kigo o la palabra que hace referencia a una de las estaciones del año. A ello hay que agregar el kiregi o "corte" que en el idioma japonés es la silaba "ya", elemento del que carecen otros idiomas. En su lugar podemos utilizar como cesura, las pausas naturales del lenguaje o algún signo como es de uso en los haijin de habla inglesa. (Susumu Takiguchi)

    Voy a poner como ejemplo el caso de un haiku que escribí hace un tiempo.
    Viento estival
    los pequeños gorriones
    luchan y luchan.


    Si bien no tiene una sílaba o signo de corte, la pausa natural en la primera línea actúa como tal y el haiku cumple todos los requisitos técnicos para ubicarlos como neoclásico.
    Tomemos el caso de un haiku de Buson compuesto hace 250 años.

    Na no hana ya (5-sí*labas) - ¡Cuán bellas las colzas!
    Tsuki wa higashi ni (7-sílabas) - Hay una luna en el cielo del este.
    Hi wa nishi ni (5-sílabas) - También el sol se va a poner en el oeste.

    En el idioma japonés llena todos los requisitos que hemos mencionado. Utiliza como kigo de primavera (para el Japón) a las flores de colza, su métrica silábica es la indicada y utiliza la palabra de corte o kiregi: "ya".

    Es importante señalar como el kiregi, separa en dos partes el haiku. La primera línea en este caso sitúa la escena, de un modo general y las restantes líneas la completan.

    Este procedimiento también es posible en muchas lenguas del mundo, siendo el español por su estructura uno de los más apropiados.

    Voy a poner el caso de un haiku que escribí hace un tiempo pero modificado para adaptarse a las reglas:

    Viento fuerte -
    los pequeños gorriones
    luchan y luchan.


    XIV. Escribir haiku con la mayor frecuencia que nos sea posible

    Esto nos permitirá una ejercitación continuada que poco a poco nos permitirá evaluar nuestros progresos y a la vez nuestros puntos débiles cuando escribimos. Muchos de ellos posiblemente los descartemos, pero los dejaremos allí en nuestra “caja de haiku” como materia prima para reformular o como una chispa que en un futuro dará lugar a una inspiración fecunda para escribir un poema, esta vez sí, muy logrado.

     
    #1
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  2. j.perilla

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    ¡Excelente aporte!
     
    #2
  3. Maramin

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    Danke schön...:::banana:::
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    #3
  4. Flor de Lys

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    Muy interesante.
    Me he sentido muy identificada en muchos de los momentos que describe el autor.
    Gracias por compartir.
     
    #4
  5. Maramin

    Maramin Moderador Global Miembro del Equipo Moderador Global Corrector/a

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    Siempre es buena ayuda leer las experiencias de otros haijines.

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    #5
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  6. MASTER LY 22

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    Muchas gracias Maestro Maramin. Un gran abrazo y Felices Fiestas.
     
    #6

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