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Camia te quiere oir

Tema en 'Prosa: Infantiles' comenzado por ALYA, 12 de Mayo de 2013. Respuestas: 1 | Visitas: 1252

  1. ALYA

    ALYA Poeta fiel al portal

    Se incorporó:
    25 de Marzo de 2013
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    Género:
    Mujer
    Camila se agarra fuertemente a las piernas de su mamá, sus deditos se aferran como garfios y sus ojitos abiertos quieren apoderarse del mundo que sus oídos le niegan.
    Ve llorar a otros niños, ella no llora, solo intenta obligar a su mamá a no moverse, se resiste a soltar el único vínculo que en ese espacio desconocido para ella, tiene con lo certero, con lo seguro.
    Mamá debe entender que no debe irse, no puede irse, no hasta que ella comprenda qué hace en ese lugar que la separa de su mundo privado, de su amado padre que habla para ella con el corazón, poniendo en cada palabra, algo que Camila no sabe cómo se llama, pero que llega hasta ella burlando las barreras de sus oídos, y se posa como lo que mamá pone sobre su pecho ,cuando le duele, fresco y suave, fuerte y dulce, Camila no sabe, que eso se llama amor.
    Su madre se inclina y toca su hombro y Camila explota como volcán en erupción, ella sabe que cuando mamá se inclina no hablará con el corazón, hablará con prisa, con la necesidad de convencerla porque ella debe irse. Mientras su madre se aleja, la niña golpea el suelo, no llora, solo reclama de la manera que ha aprendido. Dando vueltas sobre su cuerpo llega hasta una mesita que la detiene, y ahí se queda tendida, mamá se fue y ella se esfuerza por buscar en su corazón las palabras de papa . Cierra los ojos con furia, ella conoce ese sentimiento. Cuando cierra sus ojos con furia quiere negarse al mundo, estar fuera de él, así como él le es negado a sus oídos. Aunque cuando cierra sus ojos llegan a su mente tantas imágenes que ella no conoce, pero que llegan de algún lugar. Así está con sus ojitos cerrados y de repente siente un toque suave en su carita. No conoce las manos que la tocan, pero si lo que transmiten, se parecen a las de su papa, aunque más suaves, más pequeñas. Camila abre sus ojos, quiere oír esas manos, las toca, ellas le hablan, le dicen, tranquila, todo está bien, mama volverá pronto, yo estoy aquí mientras regresa. Esas manos hablan desde el corazón. Se deja guiar por ellas hasta una mesita donde otros niños gritan y hablan, ella no los oye, los explora con grandes ojos, que quieren salirse de su carita. Un niño de piel oscura, como ella nunca había visto, le sonríe, de su boca brotan como perlas una hilera de dientecitos blancos, a Camila le llama la atención esa sonrisa, igual que las manos de su papa y de su maestra, esa sonrisa habla desde el corazón. Una niña de pelo rizo y abundante como la muñeca que le regalo su tía, toca su mochila y ella explota, nadie puede tocar sus cosas, la niña la empuja y ella como fiera se levanta a la defensiva e intenta morderla, decirle con sus dientes, lo que su voz no puede, casi lo logra pero de nuevo las manos, se acercan, le hablan y ella escucha con el corazón, tranquila Camila, ya pasará. Es hora de merendar, Camila no quiere el jugo que le puso su madre, no sabe cómo decirlo, lo tira y cruza sobre su pecho sus bracitos en señal de resistencia, de nuevo su maestra se acerca, pero ahora Camila no escucha lo que dicen sus manos, no es un mensaje de amor, las manos siguen siendo dulces, pero ahora dicen algo que ella no entiende, las manos hablan con firmeza y la conducen a recoger el jugo que derramó, ella se niega y las manos la llevan a un rincón del salón donde debe permanecer hasta que recoja su jugo, no llora, pero reclama entre pataleos, extraña a su papa, él solo sabe hablarle con las manos del amor, la maestra se acerca, Camila la explora, intenta comprender el lenguaje de sus ojos, de sus manos, la maestra le sonríe y ella se siente feliz, esa sonrisa le habla con amor, entonces toma las manos de su maestra, va hasta donde tiró su jugo, lo recoge, recoge otras cosas tiradas por otros niños y se sienta, de nuevo el niño de piel hermosa y dientes blancos se acerca, ella sonríe, comparte sus galletas y le presta su oso de peluche . Camila no habla con palabras, habla con sus sentimientos, no escucha voces, pero puede escuchar tu corazón, háblale, desde el alma, sonríele desde tu corazón, extiéndele tus manos. Ella escucha y dice las cosas que solo pueden entenderse con el corazón, no es sorda, no es muda, ella habla y escucha con el corazón, ella quiere hablarte y también te quiere oír.
     
    #1
  2. ROSA

    ROSA Invitado

    Una prosa que llega a las mismisimas entrañas, muy triste ..es cierto pero le das el toque que al lector le gusta. Sigue escribiendo. Mw gustó. ABRAZOS
     
    #2

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