Caminante

Salió de su casa, se encontraba confundido, triste, algo lo atormentaba… una idea, un pensamiento, un suceso, un momento.
Caminó por las calles de su barrio, era una noche otoñal, los árboles desnudos imprimían un sesgo de nostalgia, las luces amarillentas de los faroles pintaban el ambiente de recuerdos. A pesar de todo, era una noche tranquila, un poco fría.
En una esquina se encontraba un vagabundo durmiendo, tapado con apenas unas frazadas, tirado, postrado sobre papeles de diarios en un rincón de la vereda, en un lugar (apenas un lugar) de la gran ciudad, ¿Acáso solo era un objeto más del paisaje de esa noche? ¿Acáso tendría la mente más tranquila que el caminante?
Simón pasó por al lado del vagabundo, quiso detenerse, hablar con él, preguntarle quépensaba, qué sentía, solo charlar, pero algo se lo impedía, como se lo impediría a cualquier persona que se encuentra en esa situación, en ese contexto, cuando la niebla del destino no te deja ver los pasos que caminas…
…siguió su rumbo calle abajo (si es que lo tenía), pasó por una pequeña plaza por donde siempre solía pasar y hasta algunas veces sentarse a pensar, sin embargo, en la noche era un lugar asombrosamente desconocido, un lugar desierto. Le llamó la atención pensar de ese modo, quizás,su mente se estaba emancipando de la cotidianeidad de la vida, quizás comenzaba a prestarle atención a otras cosas.
Llegó hasta la costa, el mar era un claro reflejo de la noche, estaba calmo, la luna, asomaba tímidamente detrás de algunas nubes que cubrían el cielo. Se sentó en un banco a contemplar, a pensar, simplemente a estar o mejor dicho, a no estar más. Habrán pasado 30 minutos, pero para su mundo pasaron horas enteras, incluso días. Su mente logró abstraerse y al fin de esa media hora (o días, para ser mas realistas), se sintió alivianada, como si hubiese despertado de un largo letargo.
Decidió levantarse, seguir caminando, la ciudad se encontraba vacía, alguna que otra alma meditabunda se veía cruzar a lo lejos, tal vez,atravesando un mundo completamente diferente, tal vez, el mismo.
Las calles bañadas en ese tono amarillento, producto de los viejos faroles, estaban llenas de melancolía que rodeaba una y otra vez sus pensamientos y los atrapaba sumergiéndose en ellos con una avidez insoportable.
Cuando se dio cuenta, se encontraba en frente de un bar, inmediatamente su mente se llenó de recuerdos, tantos que por momentos sintió la necesidad de escupir algunos, ya no entraban más. Siguió su marcha y a medida que iba contemplando las cosas, las memorias parecían desvanecerse, simplemente caerse de su cabeza a un precipicio.
Su camino lo llevó sin darse cuenta a la esquina en donde apenas unas horas atrás estaba durmiendo el vagabundo pero él ya no estaba. ¿Se habría ido? ¿Se lo habrían llevado? ¿Habría existido?
De repente se encontraba en la puerta de su casa, se dio cuenta que debía entrar.
Entró, cerró (la puerta), dejó su abrigo sobre una silla, se recostó en el sillón: ya no estaba confundido, ni triste, ni atormentado.

 

Sin duda las caminatas solitarias son un gran viaje de introspección... Pues qué otra cosa puedes hacer, ¿qué otra excusa puedes usar para no tener una charla interna contigo mismo, para viajar por los rincones de nuestra mente? En una caminata solitaria, ¡ninguna!... Es la mejor forma de no huir de un momento a solas con nosotros mismos y el mundo que contemplamos al andar.

Linda prosa!!

Saludos!

 

Sin duda que a veces es bueno darse una vuelta por la vida, por la que nadie se interesa, por la que pareciera que no existe pero existe. Es cosa de voltear cuando vamos por los caminos de siempre y tomar la intersección no caminada cotidianamente. Entonces se aprende que también hay gentes y son muy diferentes, nos necesitan tanto y muchas veces nos rechazan porque tienen dignidad, ellas están en situación de calle que se llama ahora y no quieren ser compadecidos por nadie. Ocurre que en esos lugares se encuentran personas que son muy superiores a nosotros pero su destino les marcó que debían llegar hasta allí. Me gustó muchísimo tu Prosa. Tiene detalles que pueden arreglarse y que casi ni se notan por el sentimiento que has puesto en estas imágenes y en las de tus emociones. De veras te felicito. Muchas gracias, Aire.
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Muchas gracias por los comentarios, me alegra mucho que les guste!!