Camino a Ollantaytambo

Dejas atrás la vista perdida en la ventana
Con tu mano en la mejilla te sostienes
Tu cabello dorado a todo el vagón ilumina

Poco a poco maquillas tus labios y te detienes
Al darte cuenta que me hipnotizas te sonrojas
El suave arrullo del tren divide tu meneo en tres

Va media hora de camino y crece la intriga
Orgullosa desvías la mirada sabiendo que me matas
Con cautela concibes a la luz como tu mejor amiga

Desesperado busco que nuestras miradas Coincidan en este microuniverso de mi omega
Donde las historias sin inicio ni final son igualadas
Sin importar lo poco o mucho que haga

 

Hermosos versos que nos dejan saber que, "Camino a Ollantaytambo" has sido cautivado por la dulce y luminosa mirada de una compañera de viaje. Me ha encantado caminar entre tus letras y disfrutar del mensaje que ha transmitido. Saludos

 

Bello poema con tren incluido, me encantan los trenes. Me gustó. Un abrazo. Paco.