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Candida oscuridad

Tema en 'Prosa: Ocultos, Góticos o misteriosos' comenzado por tyngui, 14 de Abril de 2013. Respuestas: 0 | Visitas: 803

  1. tyngui

    tyngui Poeta que considera el portal su segunda casa

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    24 de Febrero de 2013
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    Hombre
    Luego de morir, despertó pero esta vez se veía como desmaterializado, con la apariencia de una limpidez holográmica.
    Su cuerpo yacía sin vida a un costado del dormitorio.
    Probablemente había muerto antes de llegar a la cama.
    No recordaba bien lo que le pudo haber pasado, solo contaba con vagos pensamientos dispersos.
    Nauseabundo camino sin dirección precisa, solo sintió la necesidad de hacerlo.
    Los pocos datos confusos que conseguía, hurgando su memoria, le generaban aun mas dudas sobre su entidad.
    Pero sin embargo su intangibilidad manifiesta, le dejaba algún índice, a cerca de posibles pistas a seguir.
    Aparentemente conservaba su personalidad persuasiva que lo sostuvo en su pasado inmediato.
    Descubrió la perspectiva de su olfato revelando ese maravilloso aroma a café, que lo sedujo de inmediato.
    Recordó con fascinación una escueta charla con su entrañable amigo Gustavo Wolovelsky, en la que llegaron a la conclusión, de que los olores familiares nos disparan imágenes, y redobló la apuesta transportándose a aquel viejo proverbio chino que decía, cuando tengas dudas, sigue a tu nariz.
    Estos breves instintos le provocaron una mueca.
    Y un razonamiento.
    ¿Entonces los muertos sonríen?
    Ese metafísicamente abstracto mundo paralelo, del que tanto leyó.
    Se volcaba incipiente hacia el simbolismo francés de aquel renacimiento literario sin barreras normativas.
    Tan surrealista, abstracto y maldito, lleno de esta cándida oscuridad, interpretada solo por unos pocos como, Baudelaire, Rimbaud, o el conde de Lautreamont.
    Ellos tal vez hablaban de estas exquisitas licencias que hoy le ofrecía la muerte, un sutil resarcimiento del conocimiento que le iba generando incógnitas.
    Eran sensaciones esporádicas, que se paseaban, incorporándose a este gran sueño del muerto pensante y sonante en el que se había convertido.
    ¡Excelente!
    Por el momento no había angustias, ni dolores de ningún tipo.
    ¡En efecto!
    La muerte había vencido todos los formatos del dolor, que nos atormentan en vida, según el análisis de Schopenhauer.
    Aparentemente este era un estado óptimo para la investigación, si sus cálculos no le jugaban en contra, tenía tiempo, entusiasmo y tranquilidad para sus proyecciones inquisitivas,
    No necesitaba anotar, ni grabar, solo agregaba información a su memoria, que para su agrado tenía el registro de cada dato ingresado.
    Se había convertido en todo un estadista, tal vez el proceso evolutivo de la muerte, lo proveyó de una capacidad mental capaz de interpretar cada suceso preservando su viejo pensamiento y relevando y concibiendo referencias permanentemente.
    Según sus conjeturas, la muerte era una suerte de evolución de la raza humana, y no el fin como todos pensamos.
    ¡Siempre lo supo!
    Continuamente fue acusado de sensacionalista, por sus publicaciones y su manera de pensar.
    Pero eso ya formaba parte del pasado.
    Claro está, aun no podía pronosticar, que pasaría de surgir una segunda muerte.
     
    #1
    Última modificación: 14 de Abril de 2013

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