cañón de versos quemados

Con una penúltima oportunidad fantasma y un miedo tremendo a malgastarla.
Con mi cañón de versos quemados en el desvelo.
Con mi canción cantada por el viento y todas las aves que algún día alguien imagino "su paraíso".
Porque el mío, el mio es demasiado perfecto, demasiado sublime, yo no podría entrar de existir.
Ni en mis sueños pasaría, y yo con mi soberbia y autosuficiencia, lo despilfarraría todo en sueños carnales y mujeres baratas.

De este mundo no quiero nada, todo sobra, todo basta, todo tan limitado.
Con las canciones cantadas y los versos escritos.
Que la imaginación, imagine cosas de antemano pensadas y pervertidas.
Que los sentidos sientan con toda su asquerosa interacción, con su suficiencia cegadora e insensible, sin gusto por todo lo exquisito, pues quemaría en excesos todos los nervios del cuerpo.
Y pasaría por alto el elemental amor.
Tan asqueroso, despiadado de furia inimaginable, que solo un corazón impostor sería capaz de sentir. ​