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Capitulo 1 de la cuarta historia de Periodímen.

Tema en 'Prosa: Surrealistas' comenzado por sergio Bermúdez, 27 de Septiembre de 2009. Respuestas: 1 | Visitas: 863

  1. sergio Bermúdez

    sergio Bermúdez Poeta que considera el portal su segunda casa

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    PERIODÍMEN Y LOS IMPERIOS DE OMICALDUS





    CAPITULO 1: OMICALDUS Y SUS MANOS DE SOMBRAS.




    Sombras que se colgaban bajo luces que se absorbían entre espadas procedentes de las montañas congeladas y llenas de un color que se agarraba y se electrocutaba, para que así aparecieran Garcílagos, unas estatuas de carne pero sin huesos, que se enrollaban entre tornados de aire húmedo, y desintegraban a la atmósfera, con un soplido que hacía que las ocultas voces, aparecieran y dejaran al suelo petrificado, y de hay salían Minogatmios, unos caballos con cuellos de jirafa, cuernos de toro, y patas de guepardo. De ahí soplaban los Monorritidos, que eran los monos ciervo. De pronto una explosión desintegro a la atmósfera, y de ella salieron Omicaldus y Avacadavanegra, después aparecieron Mardílagos y Cabrajuelas. Los Mardílagos se parecían a los Mandriles, pero lo único que les diferenciaba de ellos era, que estos eran más grandes, y que sus labios eran de cristal, sus ojos eran dos lunas rojizas, sus patas eran de saltamontes, y sus rabos eran de león. Los Cabrajuelas eran cabras mono, o sea las dos cosas, y tenían cuernos de unicornio, además eran carnívoras y su bebida favorita era la sangre, además de tener dientes de murciélago, alas de dragón y rabo de bisonte. Después estaba el príncipe del amor oscuro, donde sus besos eran de fuego con descargas de taladradora con humo, que se adquiría en violentas imágenes, que hacían temblar a los suelos. De estos salían Vadascadas, las princesas muertas por un terremoto, que penetro en todos los continentes, para así causar las muertes de princesas inocentes, todo esto fue provocado por el príncipe del amor oscuro, que se llamaba Yamagádo. Pero antes de que se formara todo el imperio, un tornado de tinta apareció y cegó a la arena, convirtiéndola en caldo y esta empezó a inundar la zona. Después apareció Solicuantodo, y Periodímen, y trajeron cabezas de Anyeliscos decapitados. Tanto Periodímen y Solicuantodo sacaron sus mecheros, y les pusieron una mecha con velas encendidas, y por cada vela que pasaba la mecha, estas se coloreaban de luz violenta y sangrienta, que hacían fotos y penetraba en las mentes del imperio. Omicaldus al ver todo esto, saco un arpa satánica, después la toco y empezaron a ponerse bien todo su ejercito. Después estos sacaron sus espadas de arena electrónica, y se montaron en los Minogatmios, que corrían a una gran velocidad e iban cosiendo al suelo, para que no se desintegrara, y quedara unido entre los relojes profetas, esos que sonaban sus alarmas, cada vez que iba a pasar algo, ya que estos relojes iban enterrados, pero tenían un sonido muy potente, que descuartizaba al aire y lo rompía como cristales muy frágiles, ante el sabor de la llamada destrucción sin verse reflejado en su propio espejo, ese que solo aparecía, cuando el príncipe del amor oscuro dibujaba mediante sus ojos, que se enredaban en sus pestañas, esas acciones, que de las noches saltaban a la realidad que aparentaba ser una fantasía descontrolada y llena de chispazos de agua hiperactiva, la cual hacía la misión complicada y llena de interrogantes, que debían ir siendo descubiertos con el paso del tiempo, además de ir todo acompañado de las manos de sombras del malvado Omicaldus.
     
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    Última modificación: 27 de Septiembre de 2009
  2. ROSA

    ROSA Invitado

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