Capítulo 1: La Princesa de La Torre

Les habla el caballero de los números, errante por las llanuras infinitas donde conviven los cándidos guarismos con los feroces depredadores operadores, en fin, este andante caballero les contará como un día cualquiera en su eterno andar quedó perdidamente enamorado de la mujer más hermosa que pudiera existir más.

Erase una noche de luna de mengua, yo andaba somnoliento por mi eterno vagar, desesperado por no saber que solución dar al dilema que a muchos otros hombres aquejan: "¿ser o no ser?", y de tanto caminar,sin darme cuenta, entré en un país desconocido, en tierras que nunca había pisado, donde habitaban seres extraños que ni me imaginaba que existían.

Maravillado ante tan extraño paisaje, decidí aventurarme a explorar un poco para conocer y andando largo rato, divisé una torre en el horizonte, una montaña muy alta suspendida en el aire, tan alta que se perdía en las nubes y tan vertical como una torre, abrumado por tan singular monumento, decidí acercarme para estudiar dicha obra de extraña naturaleza. Al llegar al lugar había un aviso que decía: solo los más valientes, los más osados, los más perseverantes, los más creativos, los más humildes y que sepan llevar la imaginación al infinito podrán escalar la torre.

Ante semejante reto decidí escalar la torre montañosa pero comenzando a escalar, me di cuenta que la misma comenzaba por la cúspide y por ende, no tenía base y la distancia que existía desde mi posición hasta la torre era tal, que ni lanzando una cuerda se le podía alcanzar. Solo habían dos posibilidades, volando o construyendo una base. Como no sabía volar ya que no nací con el don, se me ocurrió crear una base para poder llegar hasta el principio de la torre. Trabajé horas y horas, muchas veces se me arruinó la base y tuve que comenzar de nuevo, hasta que por fin, después de dos años de trabajo en la base logré llegar al principio de la torre.

Me sentí regocijado por tan ardua conquista que tuve, y en mis ansias de llegar a la cima comencé a escalar, a pesar de que no era un terreno fácil para subir, acudí a la perseverancia y la paciencia y subí y subí, llegaba un punto en que se me hacía infinita la cuesta y me detuve, vi hacia abajo y observé todo lo que había subido, y comprendí que ya no había marcha abajo, que por más infinita que fuese la pendiente debía seguir subiendo, entonces me llené de valor y me propuse seguir subiendo,así se me fuese la vida en ello.

Y entonces, después de un largo año de ascenso, no vi más roca donde apoyarme y comprendí que había terminado de escalar. Me llené de júbilo porque había vencido y ante tanta algarabía di vueltas y vueltas sobre la cima. Fue entonces cuando la conocí, estaba yo dando agradecimiento al creador por haberme permitido subir cuando de pronto apareció una bruma a mi alrededor y de ella salió la mujer más hermosa que yo haya visto, ni la más hermosa señorita universo que gana los concursos de televisión puede compararse con ella. Su cabello era liso, blanco como la nieve y largo que me recordó al Salto Ángel, una piel de color cobre tan exuberante como las indias y sus ojos tan negros como el azabache daban una expresión a su rostro de infinita profundidad. llevaba en sus manos un cántaro lleno de agua. Al observarme se me acerca y me pregunta:

-Extranjero, ¿quién eres y de qué mundo provienes?
-Soy Ernesto Alfonso Ruiz, Caballero Errante de los cuatro puntos cardinales, defensor de las causas justas y enamorado del amor y de la vida. Provengo de una hermosa tierra llena de dignidad llamada La Dolorita.
-Encantada caballero, mi nombre es Matemática, Princesa del reino universo, Hija de Dios. Soy el sustento de las ciencias y las artes, de lo que existe y de lo que no, de lo real y de lo imaginario, de lo finito y lo infinito.
-Es un honor para este humilde caballero conocer a tan hermosa y noble dama.

Y fue así como conocí a al amor de mi vida.

 

la vida esta llena de lugares y personas, y es sorprendente cuando el amor nos sorprende, bienvenido

 

increíble todo lo escalado, vale la pena entonces perseverar, amigo, aunque no fuera una diosa cumpliste tu objetivo. Buena historia. Saludos

 

Sin duda que fue una gran escalada. La mejor de todas las aventuras que he vivido