Capitulo 2 de la primera historia de Boxederkan.

CAPITULO 2: LA CHUMICOLA, UNA BEBIDA REFRESCANTE.​

Mi nieto cada vez que crecía era más fuerte, pues alcanzaba grandes velocidades, y yo le aconsejé que bebiera una bebida súper excitante y despejada, y esa bebida se llamaba Chumicola, ya que tenía un gran sabor y además hacia que entraras en el calor de la batalla lo más rápidamente posible de una forma eficaz y responsable. La bebida esta acababa de salir nueva y no era un antidopaje ni nada por el estilo, era simplemente algo que le ayudaba a mantener la concentración el máximo tiempo posible.

Cuando cumplió la mayoría de edad, le empecé a llamar Boxederkan, ya que ese nombre le venía bien para ser un gran luchador y así mantener el alma de gran guerrero en los rings. Yo siempre me ponía en la primera fila para saber darle mis mejores consejos, pues a pesar de que no era su entrenador, era su representante más cercano a el. Si tengo que hablar de esas batallas, pues yo diría que siempre pensaba en algo positivo como en su novia que se llamaba Marylin. Era como si todos los mensajes que yo le daba, el los cogiera con una gran rapidez mental y aplaudida por los escenarios del público. Yo muchas veces antes de ver a mi nieto también tenía que luchar, solo que lo hacía en los torneos amateurs, pues no era tan bueno, como para ir a la categoría profesional, pero bueno que se le va hacer, pues siempre he pensado que lo mejor que podía hacer era eso. Las leyes del boxeo eran como el poder pensar que las cosas no estaban acabadas y que los lugares eran lo mejor para quitar la rabia que te daba, pues los momentos estaban a la vuelta de la esquina y se tenían que afrontar de una manera extraordinaria y eficaz. Había muchos lugares peligrosos, como por ejemplo las peleas callejeras entre bandas, y ahí era donde se encontraba el verdadero peligro de la muerte. Por eso le decía a mi nieto que llevara cuidado cuando terminaba el entrenamiento, pues tenía que pasar por esos lugares, que hacían que pasara muy tarde, pues era ya de noche.

Boxederkan solía estar fuera de los grandes peligros, hasta que un día le atacaron unos bándalos y le querían quitar todo lo que tenía. Pero el se defendió y les golpeo como hacía en los combates, solo que uno de ellos le clavo un cuchillo por la espalda y le hizo un gran daño, y quedó tendido en el suelo durante una noche entera.

Yo estaba muy preocupado por el, hasta que fui hasta donde se encontraba para intentar ayudarlo, pues me pudo llamar por teléfono móvil, y yo le atendí lo más rápidamente posible, y lo llevé al hospital más cercano.