Capitulo 3 de Clader Fierro.

Los mundos eran ruinas hechas fuego, además se podían ver a las almas rastrear las zonas, donde los fanáticos de los lugares eternos y desérticos podían servirse para unir fuerzas ocultas y depender de los ardores de tinieblas prendidas en monumentos de la información y así llegarían los pasos para buscar a los Yalikies, pues estos eran los vampiros de Notan Broskar un país metido entre la selva negra de donde habitaban monos sin huesos y de allí al lugar de la alta esfera sagrada, en donde la oscuridad era el regalo para los bienvenidos inmortales y demás criaturas hospedadas en grandes tamaños y demás mundos proféticos que no tenían piedad para desarrollar los túneles de Grandémano el extraterrestre. Túneles que llegaban bajo tierra al universo subterráneo y de allí se podía acoplar los fanatismos de muchas criaturas subterráneas que se comunicaban con planetas encontrados bajo tierra. Los muros de Jeorbar estaban allí, pues de esos lugares se encontraba la corona de Grandémano y de los ocultos sabores paranormales pasaba a la investigación de los cortocircuitos de la dimensión interior, en el cual los Andrópados que eran extraterrestres entre una dimensión del tiempo y de la naturaleza que llegaba a los terrenos de pantanos y ríos, además de mares bajo el suelo, mundos que no habían sido explorados y ordenes que todavía no habían sido nombradas. Calaveras con sangre en los huesos y teniendo trastornos de personalidad y demás problemas que venían conectadas en los huesos de sus momentos de radio comunicación de hueso a hueso, para poder mover sus cuerpos de un lugar a otro y descomponer sus sombras y demás diluvios de lluvias y monstruosidades que pertenecían a los Disonokus y a los parpadeantes años de terror y a la vez de misterio que llegaban del poder espiritista de Nóndletor el capitán de la oscuridad, pues este sacaba su espada derritiendo a los sueños de Dermineitor, que eran un chip del cerebros de los jefes de los crímenes, pues también eran autores de dichos sucesos y torturaban en las ruinas desprestigiando a los príncipes de Salavar Consius, pues estos reinaban a los hombres saltamontes, y también a las cabras leonicas que eran cabras que sufrían síndromes de transformaciones con leones, y así se desarrollarían sus cuerpos de criaturas salvajes de la naturaleza además de descoser al aire con sus cuernos puntiagudos y sus zarpas de león. Clader Fierro mientras tanto lucharía por descubrir los mundos del subsuelo y también el poder de adentrarse entre las salvajes criaturas que no terminarían extinguiéndose mediante la naturaleza extraña e impenetrable, pues no se sabía ciertamente donde terminaría ese lugar que conectaba con el espacio, ya que de tanto excavar en el suelo podías caer al final de la tierra traspasando el centro del planeta y cayendo al espacio, para después ver bosques espaciales y también sombras espaciales, animales de esa fauna extraña, y posiciones de estrellas extrañas que conectaban con un símbolo desconocido por la humanidad, así es como se tendría que inspeccionar la zona y nada mejor que lo hiciera Clader Fierro.