1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Capitulo 7 de la cuarta historia de Periodímen.

Tema en 'Prosa: Surrealistas' comenzado por sergio Bermúdez, 14 de Diciembre de 2009. Respuestas: 0 | Visitas: 756

  1. sergio Bermúdez

    sergio Bermúdez Poeta que considera el portal su segunda casa

    Se incorporó:
    26 de Diciembre de 2008
    Mensajes:
    3.101
    Me gusta recibidos:
    911
    CAPITULO 7: POKYDERMIAKUS, EL DEMONIO ARTIFICIAL.




    En las lejanas orillas de los infiernos, en donde las damas eran platónicas, por no ser encontradas por sus caballeros que eran prisioneros de la esclavitud de un rey llamado Pokydermiakus, un demonio nacido del conde Gatenko Polisisis, en un infierno en donde todo era de llamas, y los cerebros de los humanos, eran quemados y fundidos en piedras con picos. Omicaldus sabia de la existencia de Pokydermiakus, pues ya le habían comunicado su existencia. Los techos se caían haciendo puentes de cuernos, para pasar sin caerse al otro lado. En ese infierno cruel, había seres muy extraños como Conejos en un mismo ser mezclados con elefantes, se llamaban Conelefanbleis. Las piedras de los infiernos se rompian como cristales, cada vez que iban siendo explotadas por cada pisada de esta criatura, que rompía los suelos, y les hacia brechas. Luego estaban los Jarlontes, unos vaqueros de piedras y piel de lagarto, que intentaban abrir un agujero negro en el mismísimo infierno, mediante un ventilador gigante, que atraía mediante una tubería de alta precisión, sustancias del universo. El conde Gatenko Polisisis saco una espada y la tiro al techo, y de pronto empezó a caer sangre y carne humana, a la vez que un grito, mediante radiación de rayos laseres, abrió una puerta de una sala. En esa sala empezaron a soplar tornados de cemento, que se iban estrellando mediante archiexplosiones incorporadas a los mundos de un ojo gigante, que sangraba, y derramaba como si de un huevo frito se tratara las pupilas, para que crecieran Fasonimios, unas pulgas esqueléticas, que lanzaban mediante metralletas, balas que ilustraban la guerra. Pero lo más extraño fue que entre las trompetas de las gargantas de los vampiros antisangre, había agua artificial mejor que la sangre para estos vampiros, y era producida por Pokydermiakus, que era el demonio artificial. Después de esto, Pokydermiakus se monto en una nube de gas producida por las evaporaciones de humo, y se lanzo al ataque, además de acompañarlo todas las criaturas, exterminando cada estrella que aparecía en el camino, para así sacarle la energía y llevarla a su cuerpo. Los arsenales de armas estaban preparados, además de las flechas, y también las bombas anticalmantes, las cuales hacían presagiar la cruel guerra, que se avecinaba en el horizonte. Las llamas se ponían muy rojas, los animales normales, morían de rabia intensa, y los humanos se suicidaban porque se les subía la sangre a la cabeza, ya que no podían soportar la presión del ruido ensordecedor de las batallas que se producían. Una vez hubieron llegados todos, Pokydermiakus se lanzo a por Periodímen, y lo tiro de un puñetazo al suelo, pero antes de que pudieran hacerle algo, apareció Solicuantodo, y lo llevo a un cráter dumiente, para explicarle los secretos de Omicaldus y el resto. Omicaldus utilizaba la noria de sangre, y llamo a los Anyeliscos, para que sacaran sus espadas, y fueran a exterminar a Periodímen, pero antes de que pasara algo Solicuantodo salio mediante un puñal electromagnético, y se lo clavo a un Anyelisco. Pero Omicaldus pulso un botón de la noria de sangre e hizo caer un edificio, y se cayo encima de una multitud de gente que aparecía huyendo entre la batalla. Periodímen salvo esta vez a Solicuantodo de quedar atrapado por los muros. Y ahora si, la guerra estaba servida. La pregunta era, ¿Quién se impondría a quien?
     
    #1
    Última modificación: 14 de Diciembre de 2009

Comparte esta página