Caramelos de medianoche

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Caramelos de medianoche​

Se lanza a un abismo, a los abismos, y cae sin sonido por la penumbra. Ríe y resuena todo a cortantes risotadas naranjas. Caen los miedos y despierta para soñar, incapaz de ver un mundo real. Piensa en colores, en noches, caramelos, amores, basura...extraña y desmiente. Corre libre y atrapa, secuestra lo que no es suyo y la alegría le miente. Juega a matar la luna, acaricia rostros, y sólo le queda la apariencia de los sentidos, una grieta en su perfección rasante, un naipe resquebrajado y cristales a medio derretir. La zozobra no impide las insoslayables trampas, nocturna luz, y ve a través del vaho en su mirada los restos de una vida que la oscuridad le devolvió.
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