Carta a Concepción.

4 de enero de 2012​

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Carta a Concepción

No he podido encontrar un “trabajo” por la sencilla razón que no deseo encontrar un “trabajo”. Suena muy obvio, pero no me importa, excepto por hacer patente mi estupidez y precariedad en la elaboración de frases. He invertido los últimos mil pesos que me obsequiaste (un gran regalo no agradecido) en la compra de tequila adulterado y en paquetes de cigarrillos alas, que combinados agitan mi presión arterial y explotan, desconozco como, bombas dentro de mis pulmones. Detesto escribirte sin poseer un trabajo que remunere las horas perdidas en la escritura de poemas sin poesía. Ya me lo han dicho: la literatura es una mierda. Y no deseo creerlo, quizá, cuando acabes borracha en un bar, bailando arriba de la taza del baño, con un extraño chupándote los senos hasta arrancarte el maldito velo de fidelidad, pueda creerlo firmemente. Soy un romántico sin redención. Necesito que una mujer se eleve en otra vida, rompiendo sus compromisos, para que yo me derrumbe en el piso del fracaso, atando nuevas suplicas. Estoy enterado por Pablo que decidiste publicar una antología de poemas, que en lo personal, nunca me han gustado. Sinceramente lo que deberíamos hacer tú y yo, es robar Oxxos a mano armada y con exceso de violencia y gastar el dinero en un viaje a Chiapas. Siempre he querido conocer al subcomandante Marcos. O tal vez, podamos dedicarnos a quitarles el alma a nuevas promesas literarias, obstruyéndoles el angosto camino que de no ser por nosotros, toparían con un fuerte y vomitado muro. Nosotros también somos un muro, pero algo más sexuales que la literatura. Me despido pensando que duermes abrazando un oso de peluche que en realidad es una sudada almohada café, con la Rayuela metida en la ropa interior, soñando literatura, respirando literatura y cogiendo literatura. Me conformo imaginando que mi ebriedad, alcanza para emborrachar tus deseos de ser escritora.

 

Sin vestigios de psico/filosofía, diré que Concepción/Decepción es el chivo expiatorio para tanta dejadez poética. Me sorprende tu rasgo romántico/bizarro; bastante crudo pero atrayente manera de liberarlo. Un gusto leer tu muy buena prosa.

Saludos.