Carta al futuro

Siempre he querido escribirte pero nunca sabía que decirte, al fin y al cabo aun no has pasado y el por venir ni siquiera puedo imaginarlo, pero ahora es diferente, te has personificado. Todavía me quedan horas que invertir en ti, sigo trabajando en ello y espero llegar al fin. Sé que va a ser difícil o complicado, o quizás sea fácil, llano, sin altibajos, eso es lo que más me gusta, lo que puedo imaginar y sin saber no me asusta. Antes sin embargo me tenías acojonado, que si he de invertir en trabajo, que si he de aprender a querer, siempre te miraba desde abajo sin saber qué hacer. Ahora tienes nombre, altura y complexión, tienes sentimientos, hablas cuando necesito explicación. Y lo más increíble de ti no es todo lo anterior nombrado, es que cuando me acuerdo de ti creo que siempre has estado a mi lado. Ya sabes que soy muy despistado y por eso ni sabía tu nombre, ni tampoco había preguntado.

Me siento deslumbrado, alucinado de saber, que tu nombre siempre había sido Raquel.

Te quiero futuro y presente, y que el pasado nos coja si es conveniente, sino al retrete.

 

Interesante relato. Un placer dejar mi huella. Saludos venezolanos.