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Carta

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Pierlewis, 26 de Octubre de 2013. Respuestas: 2 | Visitas: 523

  1. Pierlewis

    Pierlewis Poeta recién llegado

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    Hoy me acordé de vos. Tenía tiempo libre, así que me puse a soñar, y el sueño devino en recuerdo, (es lo malo de no tener una gran imaginación) y ahí estabas vos, jodida y radiante, como dice esa canción. Recordé todo el proceso que me condujo a vos, a la perdición que sos vos. El viajar en colectivo durante horas, días quizás, llegar con retraso al aeropuerto porque el taxi se averió por el camino, tener que esperar toda la noche en una banca porque el avión había sido secuestrado por ovnis, o se había perdido en el triangulo de las bermudas, o vaya a saber uno por que tuvimos que esperar tanto. Esperar una eternidad, recostados en unas bancas mientras observábamos un monitor con muchos nombres de ciudades y números. Sentados ahí junto a ese grupo de turistas españolas que roncaban y esperaban un vuelo a no se donde. Caminando en círculos alrededor de una balanza, mientras intentábamos aligerar las maletas, para poder llevarlas como equipaje de mano, sin saber lo inútil que eso era, que no importaba cuantos mates de regalo, alfajores, o calzoncillos viejos sacáramos, las maletas nunca serían lo suficientemente livianas. Después tomar un café para levantar el espíritu, gastar el sueldo de un mes en un par de medialunas dulces, ver que al fin nuestro avión se iba a dejar abordar, apurarse para terminar de desayunar, nervios, dolor de panza, voy al baño, ¿ahora?, tardar demasiado y tener que correr para no perder el avión que en cualquier momento se largaba a volar. Subir finalmente, encontrar el asiento correspondiente y desplomarme en él como si fuera muy cómodo, y dormir, una hora más o menos. La señora del asiento de al lado dormida sobre mi hombro, seguramente babeando, y yo sin animarme a despertarla, mirar la cordillera allá a lo lejos, y las esponjosas nubes. Aterrizar sanos y salvos luego de algunas horas de vuelo. Bajar con felicidad e incursionar en un caótico mar de personas, perdernos, encontrarnos, volvernos a perder, sellado de documentos, buscar las valijas, papeles y más papeles, pensar en salir corriendo de allí, ver a un guardia con un arma imponente, más papeles. No, que no voy a introducir animales exóticos, solo yo, y mi amigo, pero no planea alterar el ecosistema. Salir de aeropuerto, hacia la nada, ¿dónde estamos?, volver, encontrar la verdadera salida. Al fin divisar a las personas que vienen a recibirnos, amigos de Internet, no parecen secuestradores, intentar saludar con afecto, y terminar haciéndolo de manera totalmente incomoda. Estar al fin en la calle, respirando el aroma de otro país. Y esa es la parte de la historia que vos no viste, del resto de la historia fuiste participe, así que no tendría sentido que te la contara. Y sin embargo no es así, porque verás, vos estuviste ahí, doy gracias por eso, pero no podrías saber nunca lo que yo veía a través de mis ojos. El llegar a tu casa con tu hermana, nuestra amiga de Internet, y verte, perderme en tus ojos, en tu sonrisa, en vos. Y pasar el resto de los días de aquellas vacaciones inventando una excusa para que nuestros ojos se encuentren, para que tus palabras envuelvan mi corazón. Ingenuo corazón, no tiene derecho a hacer lo que hace sin mi consentimiento. Creeme que sonrío mientras recuerdo todo aquello, vos haciendo ese baile raro, tus pelos revoloteando en los juegos del parque de diversiones, aquel escandaloso bikini con el que tomabas sol a orillas del mar. Definitivamente hay cosas que no voy a olvidar jamás, como el sabor del ceviche que no probé en aquella playa, o esa agria leche de tigre que compramos en un puesto, en el centro de Miraflores, o el pizco quemándome en la garganta, o el gusto dulce de aquellos picarones que nos vendieron camino a casa, cuando volvíamos quemados y satisfechos. Al leer esto pareciera que lo único que hice en aquellas vacaciones fue comer, pero lo que en realidad hice fue enamorarme, mientras visitaba puestos de comida. Llegué a tu país con frustraciones y cansancio, y me fui queriendo quedarme. Y es que nunca conocí el sabor de tus labios, o el calor de tu cuerpo, tan solo la belleza de tu alma alcanzó para encandilar mi maltrecho corazón. Así que, gracias. Si has leído hasta acá, gracias por no dejar esta historia a mitad de camino. Solo tengo una cosa más que decir antes de despedirme. Sonará raro, pero te pido disculpas, dejame que te explique. Seguramente recordaras que te dije que mi sueño era ser escritor, bueno, en el tiempo que ha pasado desde que nos despedimos, no he dejado de escribir, es por eso que debo pedirte perdón, porque en más de una ocasión he saqueado tu recuerdo, es decir mis recuerdos de vos, he escrito poesías sobre amores imposibles y cuentos sobre damas inalcanzables, y en todos ellos estabas vos. Y no se bien como paso esto, pero poco a poco, nuevos detalles se fueron agregando a tu recuerdo, de repente tu sonrisa era mucho mas brillante, y tus cabellos más sedosos, y todo tu ser fue elevándose a la perfección, y en algún momento, no se bien cuando sucedió, la mujer que amé murió. En su lugar hay un poema, un recuerdo tan verdadero que opaca a la misma verdad. Es por eso que hoy, cuando me acordé de vos, me dí cuenta de que ya no eras vos, y con tristeza comencé a escribir esto. Pensaba que de alguna manera podría hacerte llegar este mensaje, pero entonces mi lado escéptico comenzó a decirme que no se puede hablar con los muertos. Es probable que eso sea verdad, pero aún así quiero creer, que estas palabras te llegaran, donde sea que estés. Así que, cuando leas esto, probablemente te des cuenta de que lo escribí para vos, pero pensando en ella, la que habita en mi mente. Aún así hay una cosa que no debes ignorar: mis sentimientos de aquella vez, son exactamente los mismos ahora, y ellos, estaban dirigidos enteramente a vos. Aunque me digan que no es así, que en verdad mis sentimientos, al igual que tu recuerdo, han sido deformados por el tiempo, yo les diré que no importa. No importa que vos y mis sentimientos sean un invento, después de todo, yo también lo soy, lo importante es creer, que aún entre tantas falsedades, lo que hay atrás es verdadero, pues en eso, amor mío, consiste el amor, y la vida, y por que no, también esta carta.
     
    #1
  2. Rogelio Miranda

    Rogelio Miranda Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Grato visitarte. Te felicito.

    Saludos,
     
    #2
  3. Pierlewis

    Pierlewis Poeta recién llegado

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    18 de Diciembre de 2012
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    ¡Muchas gracias por pasar! :::sonreir1:::
     
    #3

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