Cartas para el recuerdo

Querido Mario:
¿Cómo has estado? quisiera que tu respuestas fueran siempre las que deseo escuchar pero tu madre ya me contó por teléfono lo de la leucemia. No te preocupes, eres fuerte y se que saldrás de esta. Me han dicho que los donantes de medula se han multiplicado y aunque se que es difícil seguro que encuentran a alguien que de parte de él para salvar tu vida.
Por si acaso yo ya me apunté para donar la mí, ¿te imaginas si coincidimos? estaremos incluso más unidos que ahora.
Ayer conocí en el hospital donde trabajo ahora a un chico de apenas cinco años que había luchado contra la enfermedad y vencido, ahora te toca a ti seguir su ejemplo. Puede que se te caiga el pelo y que te sientas mal, cansado y sin ganas de resistir, pero imagínate el día en el que puedas levantarte de esa cama y correr por el parque detrás de una pelota y jugar al fútbol de nuevo conmigo.
Dentro de poco volveré a casa y prepararemos tu comida preferida en un gran banquete, nos pondremos perdidos con pinturas mientras dibujamos en tus lienzos y después te sacaré en la silla de ruedas al parque ¿Qué te parece?

Atentamente Sergio, tu mejor amigo para la eternidad.

Mario volvió a doblar la carta de su mejor amigo y la metió en el sobre para guardarla de nuevo en el cajón de su escritorio. Ahora estaba casado y tenía tres hijos, gracias a Dios las sesiones de quimioterapia no lo habían dejado estéril. Uno de ellos se parecía mucho a Sergio y le había puesto su nombre.
Todavía recordaba el día en el que había sucedido todo, de repente habían llamado por una coincidencia en la medula y habían corrido hacia el hospital. Después de la transferencia se enteró de que Sergio había tenido un accidente por exceso de velocidad, su madre le había llamado para decirle la buena noticia y quería estar a su lado cuando despertara.

 

Muy buenos tus relatos, hay historias increible para recordar. Tu lo haces de una manera literaria, una gran imaginacion, me gusta tu creatividad.

 

Que buen relato. Tiene un final trágico, inesperado. Pero no cae mal, todo lo contrario. Muy buena historia la que contaste amiga.