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Charles Baudelaire: El poeta maldito.

Tema en 'Poetas famosos, recomendaciones de poemarios' comenzado por Gothic-Poet2008, 6 de Noviembre de 2009. Respuestas: 8 | Visitas: 12976

  1. Gothic-Poet2008

    Gothic-Poet2008 Poeta asiduo al portal

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    La biografía de los poetas es, en su mayor parte, la historia de unos cuantos desequilibrados geniales. Villon, Nerval, Verlaine , Rimbaud, entre otros, forman un terrible cortejo de seres torturados por su sensibilidad perturbada, dramas en el limite patológico o a veces más allá. Villon y Verlaine en la cárcel; Nerval demente, ahorcándose en una noche siniestra; Rimbaud alucinando; pero tal vez ninguno sufrió tan profundamente, en su raíz más intima, como Charles Baudelaire, desde su infancia de resentido hasta su último suspiro de vida en un miserable hospital.

    El desequilibrio de Baudelaire comienza a temprana edad con sus padres. Francisco Baudelaire era un anciano y Carolina Dufays era una niña. Hijo único de esta unión desproporcionada, Baudelaire nace en París en 1821, poco tiempo después, en 1827, murió el padre y su madre contrajo nuevamente matrimonio con el comandante Aupick. este matrimonio le produce una grave crisis al niño, en forma tal, que algunos biógrafos han visto en su desesperación infantil los signos del complejo de Edipo.

    Las querellas con el padrastro y su madre marcaron su niñez incomprendida y su adolescencia atormentada. Baudelaire estudió primero en Lyon y después en París. Su personalidad empezaba a delinearse cuando hacia 1841 empezó a escribir sus poemas. Tímido, introvertido, rencoroso, egoísta y orgulloso se va modelando una personalidad sin eje.

    En París lleva una vida disipada, caracterizada por sus continuos choques con el ambiente familiar y por su inclinación hacia las drogas y en ambiente bohemio. Par alejarlo de este ambiente y librarse de este joven conflictivo su familia lo envía a Calcuta, pero Baudelaire, nostálgico y enfermo, se detiene en la isla Mauricio y regresa a Francia.

    En París cae en el ambiente de los bajos mundos, las mujeres que llenan este periodo de su vida son pequeñas aventuras y prostitutas. Su gran pasión fue la mulata Juana Duval, a quien conoció en 1843 en un mísero teatro; a pesar de la vulgaridad y de las infidelidades de la mulata, Baudelaire vuelve siempre a ella y durante toda su vida estaría ligado a esta insignificante mujer; sus mejores poemas son paradójicamente el fruto de estos oscuros amores. Económicamente va de fracaso en fracaso, dilapidando la fortuna heredada de su padre.

    Baudelaire es brillante, de conversación sorprendente, pero su gran imaginación lo convierte en mitómano; su viaje a la India, sus amores inauditos, su vicio y perversidad, su homosexualismo, sus proyectos editoriales, forman parte de la vida de Baudelaire.

    En 1857 publica "Las flores del mal", coleccionando así sus poemas escritos en los diecisiete años anteriores. Tras un escandaloso proceso, la edición es mutilada por un tribunal que la juzga atentatoria contra la moral y las buenas costumbres, Baudelaire y su editor Poulet-Malassis, son condenados a pagar sendas multas.

    Un breve idilio con una mujer interesante, Madame Sabatier, amante de un amigo del poeta que reunía en su casa a un grupo de escritores y artistas, lo quiebra rápidamente. En 1861 fracasa en su postulación a la Academia Francesa. Nervioso, enfermizo, arruinado y desconocido, unido siempre a su mulata alcoholizada, Baudelaire arrastra una vida de fracasado. Más tarde viaja a Bruselas, donde trata de ganarse la vida distando conferencias sobre arte, éstas son un fracaso y se unen a los anteriores.

    Miserable y con sífilis, su existencia es una gran ruina. En 1864 su salud ésta ya completamente minada y su muerte prematura parece el resultado normal de esa decadencia. En 1866, en Bélgica, sufre un ataque de parálisis general, su madre viaja a Bruselas y de regreso a París interna a su hijo moribundo en un hospital, la enfermedad se agrava rápidamente, lo que sigue es una lenta agonía. Paralizado y mudo, sobrevive varios meses. En 1867 muere así, tristemente, en el mismo hospital, uno de los mas grandes poetas de Francia y del mundo


    Comparto con ustedes algunos de mis poemas favoritos de Baudelaire, aunque como ustedes comprenderán ya que son traducciones del Francés en algunos sitios y libros pueden encontrarse con ligeras variaciones.


    El gato.

    Ven, bello gato, ven, amansa mis enojos ,
    por un momento esconde las uñas de tu pata
    y deja que me hunda en tus dos bellos ojos
    mezcla de metal y de ágata.

    Cuando mi mano acaricia
    tu lomo elástico y tu cabeza,
    y siente la profunda delicia
    que hay en tu eléctrica pereza,

    a mi amante parece que agudo.
    Su mirar es, ¡oh bestia amada!,
    profundo y frío como un dardo.

    Y desde la cabeza a los pies
    un aire sutil ella es,
    una nocturna encrucijada.


    La belleza.

    Bella soy, ¡oh mortales!, como una pétrea flor,
    y mi seno que a todos por turno ha torturado,
    fue hecho para inspirar al poeta un amor
    tal como mi materia, inmortal y callado.

    Tengo un trono en lo azul, esfinge incomprendida;
    mi blancor es de cisne, mi corazón es frío;
    desdeño el movimiento que altera mi medida,
    y como nuca lloro, tampoco nunca río.

    El poeta a quien deslumbra mi impasible actitud,
    semejante a la de los grandes monumentos,
    se aplicará al estudio con austera virtud;

    pues para fascinar a mis amantes sedientos,
    puros espejos tengo que hacen las cosas bellas:
    mis grandes ojos y mis grandes estrellas.


    Lamentaciones de un Ícaro.

    Los que buscan a las rameras
    son felices después de saciados;
    yo ahora tengo los brazos quebrados
    por haber abrazado quimeras.

    Astros de luz inigualada
    que brillan al fondo del cielo,
    un recuerdo de sol y de anhelo
    encienden aún en mi mirada.

    En vano me esforcé en hallar
    el medio y fin de toda cosa.
    ¿Qué ojo de fuego el ala hermosa
    del poeta hace ahora plegar?

    Y abrasado en amor a lo puro
    y lo bello, no tendré el honor
    de legar mi nombre al horror
    de mi tumba, ¡oh refugio seguro!


    La serpiente que danza.

    Mujer indolente, yo gozo
    si en tu cuerpo veo,
    igual que una seda ondulante,
    el leve espejeo.

    Sobre tu cabellera profunda ,
    de aroma salvaje,
    mar olorosa y vagabunda de azul oleaje,

    como un navío al que
    despertara un fresco viento matutino,
    mi alma su aparejo prepara
    hacia un remoto destino.

    Tus ojos, de secreto que ignoro,
    sin amargos y sin ambrosías,
    son igual que dos joyas frías,
    labradas de hierro y de oro.

    Al andar indolente,
    graciosa, bella, abandonada,
    se diría que una serpiente
    danza en un bastón enroscada.

    Y tu adormilada cabeza,
    a la de un niño semejante,
    se balancea con la pereza
    de un pequeño elefante.

    Tu cuerpo se estira y se afloja
    tan leve como una piragua
    que acuesta la borda y que moja
    su vela en el agua.

    Lo mismo que un río al que afluyen
    glaciares rugientes,
    las risas asoman y fluyen
    a la flor de tus dientes.

    Y entonces me embriago de hembra.
    ¡Amar y vencer!
    ¡Un liquido cielo me siembra
    de estrellas el ser!


    Charles Baudelaire​


    Fuente: "Las flores del mal" y diversas paginas.
     
    #1
    Última modificación: 6 de Noviembre de 2009
  2. Silencio Nocturno

    Silencio Nocturno Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Un gran poeta de la literatura francesa, revolucionando las formas poéticas, creando una civilización urbana contemporánea.
    Gracias mi querido Gothic, por compartir su vida, y parte de sus obras.

     
    #2
  3. Gothic-Poet2008

    Gothic-Poet2008 Poeta asiduo al portal

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    Es un gran placer compartir la obra de este gran poeta maldito, incomprendido en su tiempo y venerado por muchos el día de hoy. Comparto otro de mis poemas favoritos extraído de "Las flores del mal".

    Sepultura

    Si en una noche lenta y oscura
    un hombre bueno y apiadado,
    en una vieja sepultura
    entierra tu cuerpo alabado,

    cuando enmudezcan las espadañas
    y las estrellas se queden frías,
    hilarán su tela las arañas,
    las víboras parirán sus crías.

    Y por toda oración tus oídos
    escucharan largos aullidos
    de lobos, de brujas gritando,

    de viejos lúbricos suplicando,
    y cuchicheos de bandidos
    que están sus ganancias contando.

    Charles Baudelaire
     
    #3
  4. Pedro Olvera

    Pedro Olvera Invitado

    Charles Baudelaire es la primera voz genuinamente moderna de la poesía en occidente; su malditismo decadente y las turbias relaciones de su vida han pasado a la leyenda haciendo de él un personaje, pero su obra "Les flreurs du mal" es el que mayor influencia ha tenido en las letras universales de nuestro tiempo. Devoto de Edgar A. Poe y Joseph de Maistre, llevó su genio hasta consolidar la idea una nueva belleza basada no en objetos, sino en símbolos y asociaciones.
    Me ha gustado mucho este artículo, felicidades. Mis poemas favoritos de Baudelaire son
    Madrigal triste, El heautontimorumenos y El Leteo.
     
    #4
  5. Mila Van Draktegh

    Mila Van Draktegh Poeta recién llegado

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    ah! el gran dios Baudelaire, sin palabras....
     
    #5
  6. Iset

    Iset Poeta asiduo al portal

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    Él era increíble, todo un ícono en la poesía de su tiempo. Muchísimas gracias por traerlo a nuestra memoria.

    Saludos
     
    #6
  7. Vela Vimsatike

    Vela Vimsatike Poeta asiduo al portal

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    muy buen aporte, me gusto ese enfoque que les das,a cada uno
    "Villon y Veralaine en la cárcel; Nerval demente, ahorcándose en una noche siniestra; Rimbaud alucinando; pero tal vez ninguno sufrió tan profundamente, en su raíz más íntima, como Charles Baudelaire,"
    yo creo que rimbaud sufrio mas que el, digo por el disparo que verlaine le dio, y perder una pierna, etc, etc, saludos

    me encanto
     
    #7
  8. Gothic-Poet2008

    Gothic-Poet2008 Poeta asiduo al portal

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    Gracias por sus comentarios, quise hacer una humilde reseña de este genial poeta, he cierto todas estas almas torturadas sufrieron a su modo pero legaron a la poesía y a la literatura en general sus grandes obras.

    AL LECTOR

    La necedad, el error, el pecado, la tacañería,
    Ocupan nuestros espíritus y trabajan nuestros cuerpos,
    Y alimentamos nuestros amables remordimientos,
    Como los mendigos nutren su miseria.

    Nuestros pecados son testarudos, nuestros arrepentimientos cobardes;
    Nos hacemos pagar largamente nuestras confesiones,
    Y entramos alegremente en el camino cenagoso,
    Creyendo con viles lágrimas lavar todas nuestras manchas.

    Sobre la almohada del mal está Satán Trismegisto
    Que mece largamente nuestro espíritu encantado,
    Y el rico metal de nuestra voluntad
    Está todo vaporizado por este sabio químico.

    ¡Es el Diablo quien empuña los hilos que nos mueven!
    A los objetos repugnantes les encontramos atractivos;
    Cada día hacia el Infierno descendemos un paso,
    Sin horror, a través de las tinieblas que hieden.

    Cual un libertino pobre que besa y muerde
    el seno martirizado de una vieja ramera,
    Robamos, al pasar, un placer clandestino
    Que exprimimos bien fuerte cual vieja naranja.

    Oprimido, hormigueante, como un millón de helmintos,
    En nuestros cerebros bulle un pueblo de Demonios,
    Y, cuando respiramos, la Muerte a los pulmones
    Desciende, río invisible, con sordas quejas.

    Si la violación, el veneno, el puñal, el incendio,
    Todavía no han bordado con sus placenteros diseños
    El canevás banal de nuestros tristes destinos,
    Es porque nuestra alma, ¡ah! no es bastante osada.

    Pero, entre los chacales, las panteras, los podencos,
    Los simios, los escorpiones, los gavilanes, las sierpes,
    Los monstruos chillones, aullantes, gruñones, rampantes
    En la jaula infame de nuestros vicios,

    ¡Hay uno más feo, más malo, más inmundo!
    Si bien no produce grandes gestos, ni grandes gritos,
    Haría complacido de la tierra un despojo
    Y en un bostezo tragaríase el mundo:

    ¡Es el Tedio! - los ojos preñados de involuntario llanto,
    Sueña con patíbulos mientras fuma su pipa,
    Tú conoces, lector, este monstruo delicado,
    -Hipócrita lector, -mi semejante, -¡mi hermano!

    Charles Baudelaire.

     
    #8
  9. Vela Vimsatike

    Vela Vimsatike Poeta asiduo al portal

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    15 de Noviembre de 2008
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    te dejo uno que me gusta bastante, de su obra los cuadros parisienses
    saludos

    [FONT=&quot]

    [FONT=&quot]SUEÑO PARISIENSE
    [FONT=&quot]Constantin Guys
    [FONT=&quot]I
    [FONT=&quot]De aquel terrible paisaje,
    [FONT=&quot]Tal que jamás un mortal vio,
    [FONT=&quot]Esta mañana todavía la imagen,
    [FONT=&quot]Vaga y lejana, me arrebataba.
    [FONT=&quot]¡El sueño estaba lleno de milagros!
    [FONT=&quot]Por un capricho singular
    [FONT=&quot]Yo había desterrado del espectáculo
    [FONT=&quot]El vegetal singular,
    [FONT=&quot]Y, pintor orgulloso de mi genio,
    [FONT=&quot]saboreaba en mi cuadro
    [FONT=&quot]La embriagante monotonía
    [FONT=&quot]Del metal, del mármol y del agua.
    [FONT=&quot]Babel de escaleras y de arcadas,
    [FONT=&quot]Era un palacio infinito,
    [FONT=&quot]Lleno de fuentes y cascadas
    [FONT=&quot]Volcando el oro mate o bruñido;
    [FONT=&quot]Y cataratas pesadas,
    [FONT=&quot]Como cortinas de cristal,
    [FONT=&quot]Pendían, deslumbrantes,
    [FONT=&quot]De las murallas de metal.
    [FONT=&quot]No de árboles, sino de columnatas,
    [FONT=&quot]Los dormidos estanques nos rodeaban,
    [FONT=&quot]Donde gigantescas náyades,
    [FONT=&quot]Como mujeres, se contemplaban.
    [FONT=&quot]Napas de agua derramábanse, azules
    [FONT=&quot]Entre malecones rosados y verdes,
    [FONT=&quot]A lo largo de millones de leguas,
    [FONT=&quot]Hacia el confín del universo;
    [FONT=&quot]¡Eran piedras inauditas
    [FONT=&quot]Y oleadas mágicas; eran
    [FONT=&quot]Inmensos espejos deslumbrantes
    [FONT=&quot]Por todo cuanto ellos reflejaban!
    [FONT=&quot]Indolentes y taciturnos,
    [FONT=&quot]Librodot Cuadros parisienses Charles Baudelaire
    [FONT=&quot]Los Ganges, en el firmamento,
    [FONT=&quot]Volcaban el tesoro de sus urnas
    [FONT=&quot]En abismos de diamante.
    [FONT=&quot]Arquitecto de mis hechizos,
    [FONT=&quot]Yo hacía, a mi capricho,
    [FONT=&quot]Bajo un túnel de pedrerías
    [FONT=&quot]Pasar un océano domado;
    [FONT=&quot]Y todo, aun el color negro,
    [FONT=&quot]Parecía límpido, claro, irisado;
    [FONT=&quot]El líquido engastaba su gloria
    [FONT=&quot]En el destello cristalizado.
    [FONT=&quot]¡Ningún astro, desde luego, nada de vestigios
    [FONT=&quot]De sol, ni siquiera en lo bajo del cielo,
    [FONT=&quot]Para iluminar estos prodigios,
    [FONT=&quot]Que brillaban con su propio fuego!
    [FONT=&quot]Y sobre estas movientes maravillas
    [FONT=&quot]Cerníase (¡terrible novedad!
    [FONT=&quot]¡Todo para la vista, nada para los oídos!)
    [FONT=&quot]Un silencio de eternidad.
    [FONT=&quot]II
    [FONT=&quot]Al reabrir mis ojos llameantes
    [FONT=&quot]He visto el horror de mi rincón,
    [FONT=&quot]Y sentí, penetrando en mi alma,
    [FONT=&quot]La punta de las preocupaciones malditas;
    [FONT=&quot]El péndulo de los acentos fúnebres
    [FONT=&quot]Sonaba brutalmente el mediodía,
    [FONT=&quot]Y el cielo volcaba tinieblas
    [FONT=&quot]Sobre el triste mundo adormilado.
     
    #9

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