Chocolates y Mazorcas

Chocolates y Mazorcas



cuando niña, amaba el dulce sabor del chocolate,
disfrutaba comerlo sentada en el pórtico de mi casa
viendo como los niños correteaban por las calles
envueltos entre risas y juegos que a veces no entendía.

Lo se... siempre fui una niña demasiado tímida
pero con un alma tan dulce y frágil que pocos notaban
y que a menudo sin intención solían lastimar.

y ahora en mis 30s, aun perdida en mis pensamientos,
escucho a lo lejos el tan conocido ruido del viejo auto
de Don carmelo, el señor que vende mazorcas
y que desde muy pequeña le conozco.

Don carmelo, ese viejo tan agradable y amable
de canas tan blancas como la nieve y con una sonrisa tan tierna
donde quiera que va es tan reconocido por su viejo bastón de madera
que tuvo que usar después de un accidente cuando joven.

Nos contaba tantas parábolas que no entendía
tal vez, por mi corta edad, admito que me fascinaba escucharlo
tanto, que recuerdo vagamente algo de chocolates y mazorcas ,
haciendo referencia a la vida y al amor.

y años después, entiendo que la vida es como la mazorca,
puede ser tan dura o tan tierna como tu decidas,
¿y que el chocolate representa al amor,
que puede ser tan amargo o tan dulce como tu decidas darlo.​