Cien poemas para el alma III

Besaré tu espalda sin restricción
bajo el hechizo del silencio íntimo,
buscaré cada deseo niño en tu piel
para saciar tu febril imaginación .

Me centraré en torturar tu debilidad
en mi boca tu rendición será mi vino,
ebrios saboreando dulces gemidos
seremos piratas de juegos prohibidos.

En el final de mi espalda desnuda
con dulzura y fina lujuria incitas,
con el deseo invadiendo los poros
bajo tu cielo me dejas sin decoro.

Extasiada con la húmeda victoria,
rendida ante tu hombría y gloria,
palpitando al desnudo desenfrenado
te beso, me acunas, enamorados.
​

 

awesome... me imagine tu espalda...
que bonita ...

 

Muchas gracias por leerme y por vuestras palabras...un abrazo