Circulo 1

Siempre intento hablarle, pero justo en el instante en que creo que lo voy a hacer, quedo petrificado, como encantado en una especie de brujería poderosa que me deja pasmado, se me congela la lengua y el foco de la mirada se me extravía. Imagino que mis ojos pierden brillo en esos instantes, pero ¿Qué hago?... ¿hay un rezo… o quizá, algún procedimiento técnico, un método que se aprenda por medio de la práctica, que me sirva para derrotar este miedo infernal que me impide establecer contacto con ella? Ahora que me acuerdo, los psiquiatras contemporáneos usan algunas terapias basadas en métodos de reprogramación psíquica, valiéndose de los logros de la neurolingüística y de la afasiología; si yo dominara este tipo de técnicas seguramente podría reprogramar mi conducta, para ser simpático con las mujeres, y también podría modificar a mi antojo su conducta, eso sería conveniente, pero sería como hacerles brujería, manipulándolas a mi antojo. Una vez logre establecer contacto con “Juliana”, ella será la única en mi vida; prometo que después de ella dejare a un lado la vida oscura y lujuriosa del brujo.
“Juliana” es el nombre clave que le puse después de descubrir que mi atracción, por ese prototipo de belleza provinciana del Valle del Cauca, empezó a los diez años en el colegio con Juliana Trujillo; Su pelo era largo y oscuro azabache, sus ojos verdes como los peridotos, su aura y su piel canela daban la impresión de diosa nacida de la espuma del mar; su olor a cereza y sus pechos que empezaban a florecer cándidamente cautivaban a los más incautos, como yo mismo, que caí en sus voluptuosidades de madre generosa. Aunque siempre la ame en secreto jamás fui capaz de confesárselo, soy demasiado tímido, es más, creo que me comporte como un patán. Tal vez lo que me atrae de esta clase de mujeres es una necesidad de enmendar un error, o tal vez, simplemente lo que me atrae de ellas son sus enormes senos. No me puede distraer del buen juicio su figura de diosa de la abundancia y del hogar, tengo que ser frío y calculador, aunque al mismo tiempo también ser simpático y emotivo ¡Eso es! No tengo que pensarlo tanto, solo tengo que hacerlo y ya está. Es mejor que calme mi mente.
Tengo frio, si Juliana estuviera aquí en mi cama, arropada conmigo, debajo de las cobijas, en juegos inocentes, coquetos y calientes besaría lentamente cada pliegue de la piel que tiene en esos hermosos senos, y hundiría profundamente mi humanidad en su existencia deliciosa. Se me escapan los suspiros, como prófugos exconvictos que quieren huir hacia paisajes cálidos, donde ya no hay memoria, y en donde el porvenir es alentado por el amor que albergan en su corazón. Bueno, se puede decir que hoy estoy demasiado emotivo, pero eso no es razón para quedarme en la cama, si no al contrario, de levantarme y establecer contacto, y no cualquier tipo de contacto, sino contacto simpático, sensual y sexual con Juliana ¡ya no más “Juliana”! hoy voy a saber su verdadero nombre. Pero primero voy hacerme un café bien cargado para despertar mí atolondrado razonamiento lógico y calmar mis emociones palpitantes; porque hasta el mismo padre de la lógica, sabía que la prudencia se encuentra en el punto medio. Demasiada sensiblería es mala sin una dosis justa de cabeza fría y buena cafeína.
¡Por Dios! A veces creo que los espejos son una invención diabólica de los hombres, solo alguien que ama es capaz de soportar la apariencia y los halitos de hedor y miseria humana que expele su pareja después del largo sueño en la madrugada; pero es imposible soportar los propios humores y el propio reflejo de uno recién se levanta de la cama ¿Cómo se verá ella cuando se levanta? Mi abuela me contó la historia de otra mujer, tan bella físicamente, que no se podía mirar al espejo, sufría bastante porque todos los hombres y mujeres con los que establecía un vinculo amoroso por su belleza huían despavoridos, al ver que los espejos donde se hallara su reflejo, escurrían gotas de agua salada, como lagrimas, sin que estuvieran humedecidos o empañados. -Pobre Rebeca, termino cortándose el cuello con un pedazo de espejo roto- Decía mi abuela,- y dicen que todos los espejos en los que ella se reflejo en vida, ese mismo día cayeron desquebrajados y pulverizados como la arena del mar-, así termino de contar.
No hay agua caliente, mi flojera hacia el agua fría supera siempre a mi débil voluntad térmica. Sin agua caliente me siento viviendo en la caverna lúgubre de la cima de una montaña helada. Hay gente que dice que levantarse a las cinco de la mañana y bañarse con agua fría a esa hora es lo más saludable, que uno no siente frío en todo el día, y que la energía sobra para realizar todo tipo de actividades, pero en Bogotá eso no es más que un mito supersticioso y lleno de patraña moralista; yo me baño con agua fría a las cinco de la mañana y ando todo el día con los pies congelados, y a las seis de la tarde ya quiero estar en la cama. Será bajar a revisar el calentador del agua, pero entonces, primero que nada, desayunare.
Huevos pericos para una persona, receta de la abuela Carmenza:
Ingredientes:
2 huevos.
1 Tallo de cebolla larga.
1 Tomate chonto.
½ Cucharadita de sal.
Procedimiento:
En el sartén se pone a calentar aceite a fuego moderado, se pica la cebolla larga y el tomate chonto en finos pedazos, y se ponen a freír a fuego lento. Se revuelven los dos huevos en un plato aparte, y cuando la cebolla y el tomate estén guisados, se echan a cocinar con el guiso, se espera un rato a que el ponche de huevo se esponje como tortilla, y se revuelve todo en el sartén.
Así es, unos huevos pericos con queso, pan y chocolate, es el desayuno necesario para cargar de energía a un hombre de mi tamaño y fuerza, después de eso puedo enfrentar todas las adversidades del mundo cotidiano. Todas las mañanas coloco mi música favorita, no es más que prender mi laptop, y dar clic aquí y allí con mi dedo y todo está a mi alcance, excepto la habilidad para contactar con mujeres lindas y reales. Tengo que apurarme, hoy tengo que hablar con ella. Cada vez que pienso en ella se me viene a la cabeza la imagen de su linda figura en el cuadro el Nacimiento de la Venus de Sandro Botticelli; ella encima de una concha del mar desnuda, con la rodilla derecha ligeramente doblada hacia la izquierda, tapándose sus enormes y sobresalientes senos con su abundante cabello, sus ojos como dos peridotos verdes, su piel pintada con temperas magras que le dan apariencia de escultura griega, siendo empujada por el suave aliento de Céfiro y Aurora a la orilla del mar, donde la espera una de las horas con un manto de flores para cubrirla de su desnudez perfecta. Es increíble cuan cursi puedo llegar a ser, a veces me da la impresión que debería de dejar de ser tan romantico, voy a terminar estereotipándome.
Solo estaba apagado el calentador, bueno menos mal no fue nada grave, ni está dañado. Es increíble cuán tonto puede ser uno cuando se enamora… ¿Sera amor?.. ¡No! Es imposible que ya me ponga así de rococó, tan solo es una atracción física, sexual, emotiva… ¡Mierda! La amo, con una mujer así, me caso. Sí, soy un tipo con sentimientos ¿Qué le voy a hacer? No solo soy una piedra fría, metódica y calculadora, sino también una ovejita tímida, y habida de afecto. Sí, soy la clase de tipo que quiere familia y un hogar propio, dos hijos, un niño y una niña, un perro retriever, al cual voy a llamar Samuel; vivir en una casa enorme en Niza antigua y tener un Jeep, y que ella envejezca conmigo en mi sueño anhelado... soñar no cuesta nada.
Siempre se me hace tarde en la ducha, es el sitio más intimo para pensar y cantar, a los de esta ciudad no nos gusta hacer esto en público, por eso a veces se nos van horas en el baño. Otra vez el espejo, pero esta vez es diferente el reflejo. -Espejito, espejito, dime: ¿Quién es el más limpio, húmedo y caliente de todos? ¡Ah!, la respuesta es obvia, yo-. ¡Ay! Juliana, si estuvieras acá, estos espejos sudarían leche. Tengo que parar, ya estoy pasando de cursi a pervertido. Mejor me pongo mi mejor pinta, me perfumo y salgo de inmediato.
Una espesa neblina cubre todo lo que hay debajo del firmamento, no se ve ni cielo ni rastro humano, pero una capa delicadita de agüita en estado gaseoso no me va a detener, voy a dar el paso a la gloria sexual y afectiva, o al deprimente y humillante acto de la auto-consolación. Tengo que tener fe, debo creérmelo yo mismo, porque o si no, ¿Quién más va a creerlo? Hoy hago la apertura para que se desarrolle el juego. A veces no la encuentro, no sé por qué infringe su rutina, pero espero que este día no sea el caso. Si no me la encuentro debería esperar a que simplemente aparezca, así como muchas veces sueño que aparece mágicamente en cualquier lado, para hablarme, porque simplemente no aguantó las ganas de conocerme, y se atrevió a hablarme. En épocas como estas eso no debería ser raro, la mujer emancipada de ahora tiene toda la libertad de demostrar su interés y empezar el cortejo, estamos en una sociedad que constantemente se transforma, y la mujer ha logrado re-significar su papel en la sociedad occidental. Si estuviéramos en una situación medieval, tendría que ir a hablar con su padre mestizo, cambiarla por un par de vacas y cerdos, y comprometerme con ella por siempre en sagrado matrimonio. ¡Ahí esta!
Siento como empiezan a sudar mis manos, se tensionan mis labios, la respiración se vuelve pesada y se me aprieta un nudo en la garganta. Si no hago algo, va pasar otro día en que yo ande en las tinieblas, sin saber si puedo lograrlo o no. Debo saber ya si lo que sueño concluye en algo, si Dios dispone a la naturaleza para entregarme sus dones, aquí se verán justificados. Se ve tan hermosa con ese vestido rojo, está muy elegante hoy. ¡Aquí voy!

 

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