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Ciudad del Paraíso Por: Vicente Aleixandre

Tema en 'Poetas famosos, recomendaciones de poemarios' comenzado por maria g. hermoso, 6 de Febrero de 2008. Respuestas: 2 | Visitas: 24515

  1. maria g. hermoso

    maria g. hermoso Poeta fiel al portal

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    23 de Junio de 2007
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    Género:
    Mujer
    Ciudad del Paraíso
    Por: Vicente Aleixandre

    Málaga - Ciudad del Paraíso

    Siempre te ven mis ojos, ciudad de mis días marinos.
    Colgada del imponente monte, apenas detenida
    en tu vertical caída a las ondas azules,
    pareces reinar bajo el cielo, sobre las aguas,
    intermedia en los aires, como si una mano dichosa
    te hubiera retenido, un momento de gloria,
    antes de hundirte para siempre en las olas amantes.

    Pero tú duras, nunca desciendes, y el mar suspira
    o brama, por ti, ciudad de mis días alegres,
    ciudad madre y blanquísima donde viví, y recuerdo,
    angélica ciudad que, más alta que el mar, presides sus espumas.

    Calles apenas, leves, musicales. Jardines
    donde flores tropicales elevan sus juveniles palmas gruesas.
    Palmas de luz que sobre las cabezas, aladas,
    merecen el brillo de la brisa y suspenden
    por un instante labios celestiales que cruzan
    con destino a las islas remotísimas, mágicas,
    que allá en el azul índigo, libertadas, navegan.

    Allí también viví, allí, ciudad graciosa, ciudad honda.
    Allí donde los jóvenes resbalan sobre la piedra amable,
    y donde las rutilantes paredes besan siempre
    a quienes siempre cruzan, hervidores en brillos.

    Allí fui conducido por una mano materna.
    Acaso de una reja florida una guitarra triste
    cantaba la súbita canción suspendida del tiempo;
    quieta la noche, más quieto el amante,
    bajo la lucha eterna que instantánea transcurre.

    Un soplo de eternidad pudo destruirte,
    ciudad prodigiosa, momento que en la mente de un dios emergiste.
    Los hombres por un sueño vivieron, no vivieron,
    eternamente fúlgidos como un soplo divino.

    Jardines, flores. Mar alentado como un brazo que anhela
    a la ciudad voladora entre monte y abismo,
    blanca en los aires, con calidad de pájaro suspenso
    que nunca arriba. ¡Oh ciudad no en la tierra!

    Por aquella mano materna fui llevado ligero
    por tus calles ingrávidas. Pie desnudo en el día.
    Pie desnudo en la noche. Luna grande. Sol puro.
    Allí el cielo eras tú, ciudad que en él morabas.
    Ciudad que en él volabas con tus alas abiertas.
     
    #1
  2. Juan José Plaza

    Juan José Plaza Poeta veterano y reconocido en el portal.

    Se incorporó:
    12 de Enero de 2007
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    Hace algún tiempo leí a Aleixandre, lo conocía a fondo con "Noche Cerrada", con sus "Poemas de la Consumación" me impulsé al riesgo, sabiendo en muchos casos que la acción cambiará el rumbo para siempre. Aún así, cómo no hacerlo cuando lees y sientes eso de "si alguna vez pudieras / haberme dicho lo que no dijiste". Para Vicente Málaga supuso el descubrir del cambio, la existencia de otro mundo más allá de su Sevilla natal, más allá de las capitales oficiales del reino, una ciudad donde la esencia no se esconde detrás de las puertas sino que habita en la calle.
     
    #2
  3. Si el ritmo es una sucesión ordenada de acentos de acuerdo a cláusulas binarias o terciarias ¿Es posible el ritmo en los versos libres? Leyendo a Vicente Aleixandre descubrimos que el versículo puede ser extraordinariamente rítmico, de donde puede surgir la hipótesis en virtud de la cual el versículo fuera en realidad una sucesión enmascarada de versos largos y cortos con una disposición gráfica cercana a la prosa.
    Reducir el versículo a versos con métrica ¿Es posible?

    Tomemos la siguiente estrofa como ejemplo
    Calles apenas, leves, musicales. Jardines
    donde flores tropicales elevan sus juveniles palmas gruesas.
    Palmas de luz que sobre las cabezas, aladas,
    merecen el brillo de la brisa y suspenden
    por un instante labios celestiales que cruzan
    con destino a las islas remotísimas, mágicas,
    que allá en el azul índigo, libertadas, navegan.

    Y dispongámosla de un modo distinto
    Calles apenas, leves, musicales. = Endecasílabo enfático (1-6-10)
    Jardines donde flores tropicales = Endecasílabo heroico (1-2-10)
    elevan = trisílabo
    sus juveniles palmas gruesas. = eneasílabo de canción (4-6-8)
    Palmas de luz que sobre las cabezas, = endecasílabo enfático, compatible con sáfico francés (1-4-6-10)
    aladas, merecen el brillo = eneasílabo anfibráquico (2-5-8)
    de la brisa y suspenden= heptasílabo
    por un instante labios celestiales = endecasílabo sáfico corto (4-6-10)
    que cruzan= trisílabo
    con destino a las islas remotísimas= endecasílabo melódico (3-6-10)
    mágicas,= bisílabo
    que allá en el azul índigo, //libertadas, navegan.= Alejandrino (7+7)

    De acuerdo con esta distribución, la estrofa analizada del poema de Vicente Aleixandre, no solo sería una sucesión, rara vez no observada, de endecasílabos, eneasílabos, heptasílabos y trisílabos, sino que tendría una rima muy marcada, al alimón consonante- asonante, entre versos próximos o más alejados.
     
    #3
    Última modificación por un moderador: 22 de Octubre de 2012

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