Claraboya extrasensorial

La luna llena de agua caerá por el balcón de mi sarcasmo,
¿Podrá ser una metáfora?
¡No lo sé!
Pero así me siento hoy, no encuentro placer en las cosas definidas.
No se que provocó esa frase, solo la pronuncié, con un montón de otras palabras sin sentido.
Otra vez esa puerta, tan enigmática.
Creí que solo había sido un mal sueño.
Mi inmovilidad lo confirma, estoy despierto; pero soñando a la vez.
Rayo de secuencias que hostigan el iris, van develando la desnudes de una mente dominada.
Al mismo tiempo, la visión va cesando, las piernas comienzan a temblar.
Mi impersonalidad suprema, domina las emociones, se apodera de zonas intuitivas, sensibles.
Luego de imprecisos intentos, me doy cuenta como soy manipulado, seducido a tomar el control de manera externa, con ciertos recaudos.
Algo me afirma que estoy aun en mi cuerpo.
La mente domina el organismo, no así el alma, la esencia, la libertad del universo.
Mi modo intactil aun esta a salvo.
Debería enfocarme en la termodinámica, controlar los estados de equilibrio.
Mantenerme expectante, independiente del tiempo, es probable que me dé algo de espacio, lo suficiente para provocar un bloqueo espiritual.
Tercerizar una invitación de extrema locura.
Algo que mi mente no resista.
Debo correr el riesgo.
Es casi esperable que no resista.
Temo no poder seguir bajo esta presión toxica.
Sobre el llano de alguna nostalgia fallida, gravitará mi bolsa letal, mi aneurisma extrasensorial.
Que intentara librar, el camino de regreso.
Desde afuera podré planear la vuelta.
La claraboya en la oscuridad relativa.
Una encrucijada, en el advenimiento.
Una ventana incapaz de soportar vida.