Claudia y el amor que la sostiene...

El amor me crece por momentos. He llegado a creer que él, es un sueño, pero aparece en los momentos mas trágicos de mi vida, y me llama amor, y me trata con amor...Él, siempre él, sin cambios...
Y así, te relato nuestro último encuentro, amiga mía...

El día era distinto, aunque apagado, como es habitual en mi vida. Había silencio, notaba ausencias, las calles estaban desiertas...
Yo caminaba por un camino polvoriento, amarillo, como de sol mortecino, mas el día era gris...Hoy no tenia mi camiseta blanca ni mis jeans azules...Hoy mi vaquero era negro y mi camiseta también...hasta mi cabello era mas negro de lo normal, y con él se cubría mi cara…
En la calle se respiraba vacío, terror, desamor y desasosiego...Me pareció raro el silencio,como si el mundo se evaporara.

Busqué desesperadamente a alguien distinto, diferente que pudiera darme razón de aquella ausencia de personas....mas no hallé a nadie. Las personas desaparecían, o mas bien, se las llevaban.
Yo no entendía la razón...e intenté buscar una conexión entre ellas…
En cada esquina, había seres como sombras, vestidos de negro, que llamaron mi atención, y un poco me atemorizaron, mas no levantaron un dedo contra mi.

¡Mira,no dejes de observar! Me decía uno de ellos. Eran los seres que hacían desaparecer a la gente...Y yo, yo observaba e intentaba quitarles a aquellas personas de las manos...Grandes , pequeñas, jóvenes , maduras, ricos y pobres, blancos y negros, de diferentes religiones, y de un mismo credo….
Todos eran arrastrados por aquel ejercito de sombras...
Oí gritos, gemidos y suspiros. Algunos no ofrecían resistencia, mas otros partían a gritos...
Yo lloraba, pues entendía que aquello era el fin de la vida...Tantas gentes, tantas almas, tantos huecos vacíos, sin luz ni aliento eran llevadas...
Uno de los ángeles de sombras, secó mis lágrimas, varias veces lo hizo, y me mantenía detrás suyo, él quería alejarme, mas yo quería evitar que mas personas partieran, por el aquel agujero negro, mas él insistía en esconderme detrás de si...Tuve la sensación por un momento, de que yo era suya, era su parte, lo que no entendía, era el porque me hacia esperar, porque me dejaba ver todo el sufrimiento, tanta agonía, y al mismo tiempo, con delicadeza secaba mis lágrimas y refrescaba con besos mis labios…

A él si lo recuerdo, cómo olvidar ese rostro, cómo quitar de mi mente aquellos ojos que me penetraban hasta el alma...Aunque, nunca me pidas que le narre, no tengo palabras para hacerlo…
No puedo olvidar, la fuerza de sus manos mientras me mantenía tras de si, para que ninguna otra sombra me alcanzara….
Él se convirtió en mi escudo. Aunque era el mas fuerte entre todos,

Y terminé sola, amiga mía, en esta ausencia que él me impone, pensando que,
¿Qué es esto que absorta al ser humano...que del amor a la vida lo aleja...que retiene su mente, y su corazón congela…?
Aún, grito algunos nombres, pues me siento sola, mas no abandonada.
Pues él me acompaña. Y aunque hay muchos como él, él parece ser mi guardián...el amor que me protege...el que no deja que mi alma se enfríe y se convierta en acero...es él quien me sonríe, aunque con lagrimas me impulsa… y en sus labios leo, ¡aguanta amada mía…!
Y hoy...
Hoy, ese es mi alimento...es el pan que me sostiene, la tierra que me mantiene, el agua que me da vida, el vino de mi alegría. Él , es la puerta de mi esperanza, el camino de mi destierro. Él es la vida que mi corazón atrapa, el nombre que mi alma clama. Él es el cauce de mis lagrimas, la montaña de mis vuelos, la roca de mis lamentos, el ungüento de mis heridas, el río apacible donde navego, donde anclo mi nave, donde de amor rendida muero.

SHA.

 

Muy bello, la felicito, interesante desde el primer renglón hasta el último. (haaaa y también por el bordado ¿Ud. lo hizo?) Saludos amiga Lirae.

 

Gracias, homo.
La vida de Claudia es así, sólo vive a retazos, en renglones. Sus días duran a penas unas horas, pero ellas, son intensas. Me las cuenta, y las relato...Aunque te confieso que, algunas veces con las prisas me olvido de algunos detalles que luego ella me recrimina...Y la comprendo, no la culpo pues, yo soy su única salida al exterior...
El tapiz? no, no lo hice yo, es una imagen de la red, aunque también los hago, me encanta dibujar con hilos...
Gracias por tomarte el tiempo de leer esto tan largo...
Un abrazo Homo.
Sandra.

 

Te rescata de una escena apocalíptica, de entre aquellas formas que no se definen y de tu soledad cada vez más profunda. También, a veces, él eres tú. Saludos cordiales para ti Sandra.