Colombianos sin futuro

COLOMBIANOS SIN FUTURO

Además de violencia, corrupción y pobreza no vemos que estos cánceres le deparen un futuro halagador al pueblo colombiano.

Hay vicios nuevos que desmotivan a los ciudadanos a seguir un camino recto; nuestros jóvenes se quieren enriquecer de la noche a la mañana, no importa cómo, pero el enriquecimiento debe de ser sin límites ni medidas.

¿En que se involucran los colombianos por obligación o por inercia con las diferentes mafias que manejan el país y su economía?

El cáncer principal es el narcotráfico con todos sus derivados, aquí cito los más comunes; otros que no aparecen en estas lista pueden ser igual de nocivos pero menos conocidos porque todos los días aparecen nuevos métodos o maneras de hacer más crónico este cáncer.

A continuación un listado de cómo el pueblo se involucra en esta mafia. Compra venta y producción de narcóticos, lavado de activos, venta y tráfico de precursores químicos, transporte y movimiento de droga en el país o en el exterior, manejo de sobornos y conciencias en cargue y descargue de la droga o de las materias primas para su elaboración, manejo de labora-torios, compraventa y administración de aviones, barcos, lanchas, vehículos de todo tipo, camiones, tractomulas, dobletroques, gasolineras; manejo de médicos y enfermeras para el proceso de carga de mulas humanas .

Manejo de abogados, jueces y autoridades que tengan que ver con los detenidos; manejo de fiscales y colaboradores que se encargan de los procesos de extinción de dominio, consecución y tráfico de armas, manejo de escoltas, sicarios, jefes de seguridad y extorsionistas, que se utilizan en el proceso.

Dirección y ordenamiento de mensajeros, mandaderos y lavaperros, que se encargan de hacer las vueltas, conductores, electricistas, y chuza-dores telefónicos, que se utilizan en interceptar las comunicaciones; guerrilleros, que cuidan laboratorios y precursores químicos, proxenetas, prostitutas, homosexuales y celestinas que se encargan de repartirles felicidad a a las diferentes mafias.

Inmobiliarias, comisionistas y vendedores de bienes raíces y de otros tipos que se encargan de comprar, vender y conseguir fincas, haciendas, mansiones, edificios, condominios, lotes, casas, apartamentos, bodegas, y todo aquello que sirva para ocultar dinero; cofres y cajas fuertes, casillas de seguridad, bodegas, camufles y escondidijos, bancos y banqueros, cajas de ahorros y corporaciones de ahorro y vivienda, vendedores de papeles de inversión, compradores y vendedores de divisas, transferencias y traslados de valores, intermediarios y asesores financieros.

Cirujanos plásticos y estéticos, médicos brujos y yerbateros, abogados, jueces, magistrados y políticos, investigadores privados, cobradores, obispos, arzobispos, curas, y prelados que casan, descasan y vuelven a casar, cementerios, campos de paz, clínicas y hospitales, joyerías, platerías y comercio en general, fútbol, directivos, empresarios y jugadores, directores técnicos, aguateros y manejadores, árbitros, jueces y veedores.

Casinos, apostadores y chanceros, clubes nocturnos, discotecas, estaderos, cuevas y galleras, criadores de caballos, montadores y palafreneros, veterinarios, arquitectos, decoradores, constructores, reinas de belleza, artistas, periodistas, corresponsales y locutores.

La lista sería interminable. El presidente actual o el próximo pueden acabar con el secuestro y la guerrilla, así tengan que matar cien o doscientos mil guerrilleros, pero qué hacer con el narco-tráfico si esta lacra la brota la tierra como si fuera una bonanza.

Siempre que un jefe cae en desgracia o es muerto o extraditado surgen al panorama nacional cientos y miles de personajes que se creen con derechos y experiencias adquiridas con los anteriores patrones.

Los capos de antes eran ostentosos, malos maridos, peores padres, malgeniados, matones, asesinos, patanes y groseros, y eso que muchos conocieron la universidad o hicieron estudios superiores, pero esos eran los capos de antes.

Después surgió en el país una caterva de atarvanes y matones que se pusieron las ciudades, pueblos y veredas de ruana, como si estuviera imperando el feudalismo.

Afortunadamente estos han ido partiendo en féretros de súper lujo, con mariachis y cantantes de música mexicana o montañera, otros se desaparecieron o están pagando condena, y de esas porquerías apenas quedan unos pocos.

Ahora los nuevos capos son todavía peores, personas sin perfil y sin educación de ninguna clase, que desde la sombra mueven millones y millones de dólares, euros, o lingotes de oro; que acumulan y comparten en pequeñas organizaciones compuestas por grupos familiares casi siempre analfabetas, que sólo ambicionan a ser poderosos; así tengan que matar medio país.

El resto del narcotráfico lo maneja una agrupación muy poderosa que antes se conocía como guerrilla y ahora se ha internacionalizado con el apoyo de muchos países que no les importa nuestro problema y se llama narcoguerrila y está dividida en Farc, AUD, Elenos, Paracos, y otros grupos que surgen día a día; todas estas organizaciones se asocian o fusionan frecuentemente con los capos antiguos y modernos para darle movimiento al narcotráfico y hacerlo más grande y productivo; entonces nos preguntamos:

¿Cual puede ser la solución?

La única, la mejor y la de más urgente necesidad sería legalizar esa porquería de la droga, para acabar con la riqueza exorbitante que ésta produce, y que se mueran los que se tengan que morir; seguramente en menos de cinco años, este país se convertiría en un paraíso, o estando muy de malas en un manicomio, igual al que estamos viviendo, si es que a este estado se le puede llamar vida.


HEJARAN - DERECHOS RESERVADOS