Como anunciar un parto

Creamos un útil generador de esclavitud, con el cuerpo intacto de pies a cabeza, miniaturizando los efectos de la droga; somos la pasión viva que la carne deja pasar como ruidos, que escupen mariposas por las mañanas, cansados de comer por parte del esposo, o el familiar más cercano, haciendo duradera la esencia del placer que embotella no otra cosa más que el espacio en su soledad. Es el sentido de nuestros hijos, lo que come como respaldo una pausa dentro del comedor ¡hipotético!, almacenado por almas solemnes dentro de la llamada inauguración. Somos petrificados objetos, diminutos anzuelos y glorias de nuestro campo mental.

En la belleza notas que la desigualdad de la respuesta empírica ante la solubilidad del espacio, acude a cada sentimiento mientras el recuerdo de la sustancia y que el teatro como comedor de fortunas, es irritable apenas con la moda de un ser vivo, que es ahora y siempre, guardado mediante la conducta. Los únicos hemisferios existentes abundan en la corteza terrestre como formas caudales, no como personas físicas dentro del espíritu; el único embalaje utópico dentro de la sociedad moderna es depositable si la capacidad es violenta como la hoja en un papel, del pienso, a ahora existo. La monarquía es como, la idea se mancha y como el deseo repara.

El existente es ahora una meta física contra el asesino, contra la abundancia, contra el control y contra la esperanza. El único motor de la economía des priva al sujeto, y la única armonía favorable es cambiar de curso y amortiguar la expensa de virus o con tendencia mediante la desviación de patrones, como lo marca el derecho.

 

Muy interesante texto, un placer de leer. Mi abrazo con estrellas.