Cómo se ama (fragmento interrumpido por sí mismo)

Se ama como se cae: con una torpeza que no admite excusas, con una gravedad que no necesita explicación. Se ama como quien olvida, por exceso de memoria, que el cuerpo es un laberinto del otro y que entrar es una forma de perderse sin mapa. Se ama cuando el lenguaje cede, cuando no hay palabra suficiente, cuando “te amo” es una frase menor, casi un gemido, apenas un rastro de lo que verdaderamente ocurre.

Se ama como se escriben los márgenes de los libros: no en las páginas, sino en los espacios que la tinta no ocupa pero que significan más. Se ama en el tiempo prestado, entre una conversación interrumpida y el café que se enfría. Se ama cuando la mirada no busca, pero encuentra. Cuando el silencio no incomoda, sino que funda una ciudad en la garganta del otro.

No se ama desde la lógica. El amor no es un algoritmo, es una contradicción persistente, una disonancia que se repite hasta volverse música. Se ama incluso a pesar del amor. Porque el amor no pide permiso para ser contradicción. Se ama en la imposibilidad de amar, cuando el deseo se disfraza de rutina y el beso se vuelve pan diario, sin perder su sabor.

Se ama desde el recuerdo que aún no ha ocurrido. Desde el miedo al olvido. Desde el deseo de ser más de uno en el otro. Se ama con hambre. Con un hambre sin nombre, con una sed de tocar lo que no se puede tocar: la idea que el otro tiene de sí mismo cuando está contigo. Se ama sin saber si se ama. Porque el amor se sabe cuando ya pasó. Se confirma en el eco, no en el grito.

Y aún así, se sigue. Se insiste. Porque amar es la forma más exacta de desobedecer al mundo.

 

Hermoso. Felicidades

 

Gracias