Compañeros de juego

Desde una viga del techo apoyada en una pared destripada a una escalera de caracol aún en pie, pasando por los innumerables misterios agazapados tras la puerta entreabierta de una casa en ruinas bastaban para que una vez perdida su función original como elementos arquitectónicos en medio de la desolación más absoluta, pasaran a convertirse, como por arte de magia, en los compañeros de juego ideal para unos niños demasiado acostumbrados a ver cómo el odio y la muerte llegaban diariamente desde el cielo.

 

Conmovedor relato. Los juegos de los niños entre las ruinas pueden representar la esperanza.

Un abrazo solidario a todos los que sufren los desastres de las guerras,

 

Gracias, poeta, por adornar este ínfimo relato con tan bellas palabras.
Feliz año nuevo

 

Muy hermoso punto de vista, sobre cosas que también pasan en la guerras, la vida, supongo, que es mas fuerte que la muerte. Un precioso relato. Un abrazo.

 

Nunca es tarde, compañero poeta, para agradecerte tu precioso comentario. Gracias de corazón y felices fiestas

 

gracias, poeta, por tu bello comentario.