Confesión de un Mitomano.

Soy obseso de una mentira y en mis hombros cargo el engaño de mis ideas.
Mis cristales no reflejan la veracidad de mis palabras, pero no importa, es mi espejo el que anuncia mi locura.

Un dia como otro.Una mañana en la que abro los ojos y siento una punzada en el pecho que obnubila mi ser y lo llena de hastio.
Realizo mis tareas cotidianas con unos ojos sombrios pero disfrazados de hilarante optimismo.
Observo el cielo.
Que bello ese éter que cohabita con nuestras espléndidas y espumosas nubes de plata.
Los primeros rayos del alba que contrastan con la obsuridad de la noche empiezan a florecer.
Siento la necesidad de abrir los ojos y estallar mis pupilas para poder contemplar el sol acrisolado que comparte su cálidez con los mares de cristal y sus olas blanquecinas.
Un día normal de ficción.
Le sonrio a mi enemigo,"Buen día camarada".Les tergiverso a mis queridos el buen mundo que en mi conciente mente he creado. Les miento sobre lo que hago, sobre mi pasado, mi gusto, mis ideas, el pensamiento, mi ser.
Ellos creen creerselo y simplemente creo creerles.
Quién se engaña más, quién se engaña menos...
Puedo llevar esta voragine vida por mucho tiempo. Puedo recurrir de una mentira a la otra y tejer una red enorme de mendaces, pero siempre en derredor a esta realidad hay una fantasia que se camufla y una verdad que me abate.