CONFIDENCIAS 2 (amarga confidencia)

"Cuando andes en medio del valle de sombra y de muerte, El estará contigo"
Estará conmigo, en los momentos mas indecibles, cuando convulsiona la esperanza y hasta las realidades parecen muertas, cuando en los caminos se han perdido las huellas y los caminantes están ciegos.
Estará conmigo,ahora que el reloj se detuvo sobre el peor momento, el más oscuro, ahora que tengo armas solo contra mí y que el enemigo me descubrió en su terreno, sé que está conmigo, porque El lo prometió y El siempre cumple.
Hoy quiero orillarme a sus pies, lo necesito...necesito amarlo hasta morir y morir hoy en sus brazos, no es cobardía, no es huir...es anhelar abrir los ojos después de la muerte y mirar su hermoso rostro, tocar sus manos y acurrucarme en su pecho; es saltar a mi vida original, es creerle.
Cómo anhelo aferrarme con todas mis fuerzas a sus tobillos, abrazarlo, rodearlo hasta que el último aliento salga de mí; cómo quiero dejar de pensar, callar la mente, callar el alma... no vivir más aquí y vivir más en El.
Me delato en estas líneas y que mas da, no puedo morir más sin ti, te necesito Dios...las lágrimas ya no pugnan por salir, el dolor se ha acomodado en un grito silencioso que va desde los ojos hasta el espíritu... a quién le exijo que deje de sacudirme de esta forma... a quién le tomo de la mano para continuar, a quién me aferro.
El miedo se ha vuelto mi amante y me ama con locura, todos los días, todas las horas, los minutos y segundos... me ama siempre y me extasía... nadie ha podido amarme tanto aún.
Y ahora con una pasión irrefrenable tengo que echarme en sus brazos y acariciar suavemente todos sus espacios.
Sujétame tu ahora, sostén el hilo del que pende mi equilibrio, porque me he embriagado de penas de ingratitud y de nostalgia; mis pies ya no caminan, resbalan y sangran mis sueños, muere despacio y adolorida la fe.
Mi sentido de pertenencia ha claudicado, me divorcio de la calma y un sutil aire de soledad me penetra en los huesos.
Que se yerga el temor y levante bandera el fracaso?, qué se amotinen los errores y el dedo de la culpa me golpee...
condena a vivir muriendo?
condenada a las injusticias?
condenada al abandono?
condenada a la condena
Saboreo despacio, muy despacio la insatisfacción y creo que es amarga. Amargura irremediable, suéltame, abandóname a mi fin...No caminaré más, este valle es terrible, hay demasiada gente aquí y yo quiero estar sola, quiero llorar, debo llorar.
Hacia que rincón me acojo si en el valle no hay paradas y en la vida no hay descanso... un atajo, necesito un atajo -jamás me perdería- siempre reconoceré mi tristeza, el dolor más agudo de esta realidad sin fin: la ausencia del amor y la paciencia del desamor, siempre pernoctan como luciérnagas iluminando intermitentemente mi camino, no me perderé lo juro... pero necesito sentarme y llorar un poco.
Debo entretejer un nuevo plan, hilar la telaraña que me servirá de base, debo involucrar mi conciencia en un determinado propósito, insinuarle al olvido que ya no lo recuerdo más, pernoctar lentamente en aquellos laberintos desgastados de sombras, encontrar la salida a lo demás, desatar el sistema, quebrantar los decretos que hoy prevalecen contra mí. Confundiré al enemigo hasta convencerlo de que me ha derrotado, celebraré con el su aparente victoria y cuando lo haya cansado suficiente, me acostaré con el en el valle, a su lado, fingiré que duermo y el dormirá satisfecho.
Entonces se levantará mi alma de entre el polvo, alzará mi ser, asestaré contra el, un golpe asesino, una puñalada de victorias... le cortaré esa cabeza atisbada de maldades y le arrancaré su desapropiado corazón.
Aquí estaré hasta que amanezca y cuando el alba lance su primer relincho, montaré en sus alas y volaré hasta la luz, esa luz que está a lo lejos... tu estas, sé que estas aquí, me intersectaste en cada desmayo y hoy que desfallezco me levantas; agradezco tu confianza, aunque no la merezco, quiero dedicarte esta victoria, me anticipo sin recelo y sin dudas a creer que venceré, no tendré más vergüenza de estar triste ni mas orgullo de estar sola, porque ni triste ni sola, ni feliz ni con tantos me has querido abandonar; gracias por andar conmigo en este valle, gracias por estar.

 

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