Control

En todo comienzo acecha un conocimiento que no encuentro detrás de los modelos a seguir que han intentado imponerme, como ejemplificaciones o como enseñanzas. Mientras se les caen las opresoras teorías de diferentes índoles, puedo reír pensando libremente lo que siempre sostuve, el de no creer en falsas presunciones sobre la verdad.
Que padecen su consecuencia desde una capacidad científica o religiosa, consternados ante un existencialismo del mismo vacío de la nada.
¿Quien soy?, ¿y porque soy?, ¿que soy?, ¿y para que?
Interrogantes que a la hora de un día a día cargado de materialismo, resultan ciertamente banales al momento de la crítica.
Y ese desmerecimiento se complementa con la misma conspiración frente a la realidad inmediata que me espera en los próximos segundos, horas, días, años o décadas venideras, en las que me toque ser parte y mantener esta vil mentira. Vegetando sin poder sentir mis propios sentires sin consultar.
Mis propios instintos empíricos van decantando según voy andando.
Esto de educar erróneamente la manera de elegir, será patrimonio de que o de quien.
¿Cual es la verdad?, ¿que son el bien y el mal?
O acaso el sistema está ornamentado de manera tal, para que sepa que debo pensar de esta manera.
Todo lo que no se rige de tal o cual manera se va desvinculando, nos van pelando como si fuéramos una gran cebolla, capa por capa, intentando descubrir donde esta el error, que hace que pensemos distinto.
Y el miedo es su gran aliado, desde muy niños fuimos infectados, con el afán de preservar la sistematización natural de las cosas.
Nos han inyectado una dosis de control, desde la primera queja, u opinión que hemos manifestado.
Y esa cuota de control dogmatiza dando una cruel amortización a nuestros lamentos y gritos jamás escuchados.

 

Contra ese control
debemos luchar
querido amigo.
Hay que intentar
por todos los medios
alcanzar esa libertad
que nos niegan.
No ser más borrego
y volverse halcón.
Un abrazo.

 

ni hablar genio de eso se trata.
tyngui sanchez
abrazo