Corazón

Auscúltame, ponme el frio fonendoscopio aquí, sobre el pecho,
como la mano de un difunto.
Y escucha a mi corazón reírse a trompicones.

Se atropella de la prisa y de las ganas
de pillarte en volandas de mañana.
Late sin parar, nunca descansa.

A veces como una furiosa metralleta,
como un asustado conejo acorralado.

Otras en calma chicha
como un cucurucho de helado derretido
en una cuchara disecada.

Pásale el paño,
y límpiame los cristales.
Quítales la mugre
para poder verme en el reflejo.

No sé que anda fraguando,
pero lo noto candente aquí en la fragua.

Y otras vivo, noto,
como si quisiera arrancarse a correr del propio pecho.
Aburrido de encontrarse entre costillas,
harto de hacer muescas por los días.

Sé que un día parara, pero ese día…
Podrido de latir y de alegría
Saber que no estaré aquí para escucharlo.

 

Me agradaó ese cierre de fuga de algo que es solamente tuyo, y el correr del camino desde el principio de lo que sigifica para tí tan vital órgano. Muy lúcidas las líneas de los versos en tan contundente y bien escrito poemas, con imagenes y figuras notables. Enhora buena pometeo, gusto estar en tus letras y placer de conocerte. Crimolem.

 

nada poeta , ya te extrañaba....

excelente como siempre

felicidades

 

Gracias Cristobal.

Saludos poeta.

 

Hola Francisco,

gracias por tus comentarios.

Saludos.